Yo vendo amor. Soy un puesto ambulante buscando algún cliente que quiera de mis servicios. Les digo lo que ofrezco, a veces les doy una pequeña degustación, algo que no comprometa mi negocio. No quiero que cualquiera se acerque a preguntar. Selecciono a las personas, las sigo, intento esconderme y me hago sus amigos. En ese momento ataco con un “¿Te puedo ayudar en algo?, vendo amor, tengo del que quieras. Solo llámame y reserva tu lugar”. La verdad es que hago como que estuviera muy ocupado, con mucha clientela, agotado y a veces indiferente. Pero no hay nadie… solo tácticas para que el cliente caiga y compre. A veces resulta pero al mes vuelve y te tira por la cabeza el esfuerzo y la mercancía pidiendo que le devuelvas lo que pagó. A veces el cliente huye despavorido mientras me quedo con la mercadería hecha pedazos, como un vidrio roto en mil partes pequeñitas. A veces el cliente me sigue el juego y hace como que se interesa para después, cuando hay que cerrar el trato, me dice que le llegó una oferta mejor, que es más barato, que no arriesga ni su integridad, que le da ‘boleta’ y que le sobra vuelto. Es dura esta pega y a veces duele. Sientes que ese monopolio que creíste tener, que ese negocio que parecía rentable ha arrojado más pérdidas de lo que calculaste. Que no fuiste el primero, que hubo muchos que llegaron antes y que bajaron sus precios porque no necesitan más. Pero no me doy por vencido y salgo a las calles, y sigo ofreciendo lo que llevo, y pienso que todavía hay personas que buscan lo que tengo, que era más difícil de lo que parecía encontrar una buena clientela, que tienes los caseros de siempre y que son los que nunca te fallarán. Pero te fallan y todo se va a negro.
Pero el cliente tiene siempre la razón y debo serle fiel a sus pedidos. Escondo mis productos en una canción y en vestimentas varias. “Llame ya, nuestras operadoras están disponibles, estamos trabajando para que nuestro producto se adecue a sus necesidades y gustos”. Pero el amor es el mismo y toda esa cubierta punk, dark, grunge, romántico setentero y alternativo se desvanece al primer contacto mostrando lo verdadero, lo que no puedo esconder. “Y si no le gusta le devolvemos su dinero”.
Al final tengo que hacer el remate final. 90% off. Si no se lo lleva se lo regalamos igual. Y espero y espero, y tengo que cerrar y repensar si estaré haciendo bien o si el darme por vencido es la gran oportunidad. “Gracias por preferirnos, no se arrepentirá”. Eso espero.
sábado, febrero 18, 2006
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5 comentarios:
sad
Comienzo dicièndote que si resulta y esta porquerìa me acepta, pues bien, y si no, me da igual...cada vez que intento escribirte esto no guarda nada.
En fin.
Te puedo decir que el problema es grave y urgente, pero que tiene remedio.
Pequeños tumores, que puedo apreciar a simple vista, son extirpables, pero hay que trabajar a fondo y tienes que poner de tu parte. Eso si, nada de quimioterapia...
(a veces creo que te estàs envenenando)
No es tu problema. Tal vez estàs en el lugar equivocado, o en el momento equivocado. Esto es cuestiòn de suerte.
Besitos y ànimo.
Adieu!!
q wena columna
estaria dispuesta acomprar tu amor, me lo venderias????.
o yo no estoy dentro de las posibles compradoras??, muxos bexos te quiero muxo.
ya sabes mi comentario de la columna.... excelente.. una de las mejores que he leido... sigue escribiendo y mejorando aún más...
nos vemos
TQMM
Carlis
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