domingo, febrero 05, 2006

Carta a un amor encontrado (eyes without a face)

Beatriz
Tan tierna, tan imposible. Una voz en el olvido, en algunos sueños sin rostro. Y tienes mil de ellos pero no recuerdo ninguno.
Mientras te veo suspirar me entristezco, no por como lo haces sino por quién. No lo haces por mi y aunque te ves tan linda las cosas se escapan, se van de mis huesos, donde te siento firmemente retenida. Lo haces porque no tienes nada más, nadie más.
Beatriz, solitaria, llena de gente pero sin confianza. Te quiero y no te interesa.
Pero es así, porque no puedo quitar la mirada, porque cuanto te veo intento recordarte, memorizar cada parte para después llegar a casa y seguir pensándote. No haces más que contemplarme como el mejor amigo y me cuentas todo con pacíficas palabras hirientes. No lo sabes y yo no te lo digo. Actúo para que no sepas que estoy siempre.
Sentir otra vez que te acercas, susurrándome las palabras que nunca quise oír pero que mi absurda táctica me invita a escuchar.
Paz, amor en un acto, en una caricia, en muchas caras de gente que recuerdo pero que no conozco. Otra pasión que se esfuma mientras el reloj me avisa que el sol se levanta. Maldita obsesión de mi inútil corazón. Y no sé lo que hago, y me pierdo en el bosque húmedo de tus ojos, o en esa estrella que te ilumina. Y te enojas porque te digo que no eres lo que espero y te ves igual de hermosa cuando no me hablas, cuando no contestas el fono por temor a que sea él quién te llama.
Pero mis palabras se esfuman en el último beso, con el que empezamos, el del primer acercamiento. Porque ya tu cuerpo se va y no vuelve, mientras el mío se estremece desde el día que partiste. Cambiaste mi hombro por un cuerpo entero, mis lágrimas por esa alegría agobiante del saber que no estarás más sola de aquí en adelante.
Beatriz, te extraño. Te recuerdo con muchos globos y flores más strawberry fields forever de fondo. Tú vestida como lo más lindo y yo a tu lado, con el helado en la mano y conversando de la vida. Era tan perfecto como las familias de los comerciales coca-cola y tan emocionante como los de Clos de pirque. Pero al final son todos recuerdos, imágenes tan sencillas como de las que te emocionabas.
Hasta ahora te quiero y no sé lo de más adelante. En una de esas cambiarás el yogurt de damasco nocturno por un vaso de ron, o las revistas de moda por el cuerpo B del Mercurio. Sé que cambiarás y quisiera estar ahí para verte. Pero no será así y aterrizo, pongo los pies en tierra y no te busco más. A veces hay que saber olvidar. Y no sé si pueda.
Intentando ser sincero me despido, de ti, de tu alma

Sebastián Ignacio Muñoz Ruz

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ta weno wenoo el texto
conmovedor





oe



me pudro en la ciudad

Anónimo dijo...

TENGO MIEDO
ME HACES FALTA, NO ME QUIERES????
NO, NO ME LO DIGAS NO QUIERO ESCUCHARLO PREFIERO QUE GUARDES SILENCIO.
TOME EL TELEFONO PARA LLAMARTE Y NO PUDE TE QUIERO, PERO YA NO SE SI ME QUIERAS. TE ESPERO Y NO LLEGAS, SERGURAMENTE ESTAS MEJOR SIN MI.

TE AMO
Y NO TE OLVIDARE

Anónimo dijo...

waaaaa