jueves, diciembre 21, 2006

CASA DE CAMPO

Fui al campo de mi abuelo Alberto a pasar las vacaciones del 94. En ese tiempo tenía ocho años y mi hermano me enseñaba a escuchar Nirvana y me decía que él se iba a suicidar a los 27 como los grandes de la música. Yo le decía que si y movía la cabeza como los monos que veía en MTV que decían cool y tenían una polera que me gustaba porque decía lo mismo que el transformador del nintendo.
Cuando llegamos a la casa de mi abuelo vi lo grande que podía ser un campo. La verdad es que a mi poca edad no entendía bien porqué no nos íbamos a vivir allá y dejábamos la casa que teníamos en la gran avenida. Acá era bacán porque pasaba de todo y allá no había nada más que aviones que no me dejaban escuchar a Epidemia los días domingos. Mi abuelo, cuando me vio, me dijo que lo acompañara a dar una vuelta para conocer el lugar. Mi mamá me puso un jockey y harto bloqueador solar. Me parecía a Robert Smith pero en miniatura. Mi abuelo me tomó de la mano y fuimos a una viña que tenía atrás del granero. Me dio unos huevos de colores y, cuando llegamos a un túnel de palos y hojas verde claro, me dijo que de ahí se sacaba el vino. Lo recuerdo muy bien porque cuando intentó sacar una uva se agarró el pecho y se fue para atrás. Fue todo en cámara lenta, como años después vería en matrix. Cayó de la banca y se puso de todos colores. Me puse de rodillas y le empecé a mover la cabeza. Me acordé de Baywatch y le empecé a dar besos como esos para que pusiera respirar. No pasaba nada. Mi abuelo tenía una cara psicodélica que cambiaba de colores y yo no podía hacer nada. Me tiré al suelo también e intenté abrazarlo. Me acosté a su lado y le canté ‘cambalache’ que era su tango favorito. Tenía 8 años pero entendía que cuando uno está en las últimas quiere morir feliz y eso intenté hacer. Quizás no había muerto de un balazo en la cabeza ni de sobredosis de aspirinas, quizás no había muerto joven ni había pensado terminar así. Pero a pesar de eso mi abuelo era grande. No era un rockstar ni usaba el pelo largo. Es más, me hablaba de que me cortara el pelo. Era grande igual porque quería enseñarme cosas suyas para que yo siguiera haciendo lo mismo. Por eso mi nombre también. Igual que el de él para que no se perdiera la tradición. Cuando lo veía cayendo pensaba en las últimas palabras que me dijo y quizás ahora, con más años de diferencia y con las preguntas que le hice a mi madre unos años después, esas palabras marcaron lo que quise siempre ser. “De aquí se saca el Cabernet Sauvignon” me dijo mientras caía el viejo Alberto y sentía que algún día iba a tener que hacerme cargo de todo esto.

3 comentarios:

~ dijo...

en vista y consideración que me censuró en incontadas ocasiones este blog, comento otra vez.

Pase por lo mismo, pero con ciertas diferencias, no fue en el campo, fue en una cocina, no tenía 8 años, tenía 15.
A pesar de que el contexto es diferente, creo que al recordarlo se siente lo mismo.

Anónimo dijo...

hace tiempo yo tenía un blog no sé si esté en uso... debo tener cosas muy malas. XD

Excelente historía !
casí me cai de poto.

Saludos.!

Srta.invisible muda dijo...

No te digo cómo me dio susto tu texto...
Me hubiese pasado a los 8, no sé...
Pero me pasara ahora, te aseguro que no cantaría a su lado "El reloj" (que es un bolero, el que más le gusta al viejo mañoso, pero adorable, que me espera siempre en Concepción.)

Me impactó esa parte.

En fin...le dejo saludos, estaba un poco alejada de estos lados... qué pasó? cambió todo tu blog?... en fin... el envoltorio da lo mismo, el contenido es lo que importa... [Lo sé porque un día probé los Hersheys (no puedes negarme que el envoltorio de ese chocolate hace que se te reviente la bílis si no te lo comes...)...y no eran tan ricos como parecían. Fue una gran decepción.............. Y es absurdo el ejemplo...=P pero que tanto, estoy de vacaciones, tengo tiempo para hacer comentarios sin sentido :) ]

Nos vemos por ahi, (como siempre), y.. feliz verano!....

-escribe para las masas, reitero que es un agrado leer tus textos....los que vamos a leer te saludan!

c ya.