domingo, octubre 14, 2007

the Crane

Nadie lo sabe porque sólo yo he dormido en mi pieza desde que ellas están ahí. Parece que están quietas y que sólo el viento podría alborotarlas en movimientos incomprensibles para el ojo de algún humano cualquiera. Pero no es así. Cada noche, antes de dormir, soplan el aire que han juntado todo el día en sus pulmones de papel. Soplan cada sueño que tendré. Sé que cuando yo no estoy conversan muy despacio y se ponen de acuerdo en lo que harán cada noche. Tienen horarios determinados y actúan como verdaderas estatuas insignificantes para pasar desapercibidas. Algunas, cansadas de su trabajo, han renunciado y dejaron de volar. Se desprendieron de su cielo para caer en mis manos y darles el consuelo que no habían recibido.
A veces me da por abrazarlas y hacerles cariño. Quedan ocho pero a veces se sienten solas. A veces todas se toman un día sabático y no trabajan. Yo las quiero igual porque desde que descubrí lo que hacen para mí las he comenzado a apreciar. Porque son lo que yo quiero, porque si no las quisiera las habría botado, porque me gusta fotografiarlas y mirarlas y sentir que están vivas aunque ellas no se den cuenta. Sus alas a veces se desgastan pero si se limpian una vez a la semana vuelven a volar. Y vuelven a llenar sus pulmones de aire. Y vuelvo a soñar que me subo a alguna y me llevan a no-sé-donde pero que tiene harto pasto y flores y animales.
De vez en cuando me da por pensar que ellas podrían dormir en mi cama y yo quedarme soplando a su lado. Quisiera que soñaran lo mismo que me han hecho imaginar. Todo para que alcen sus cabezas y se atrevan a quitarse el cordel que atraviesa sus espaldas para sostenerse porque si se cansan yo voy a estar allí para tomarlas y aprender juntos que hay cosas que uno tiene que atreverse a hacer. Con esa misma música que hemos aprendido a escuchar mientras hacemos el aseo de fin de semana mientras esperamos que la creadora llegue a pasar la tarde.
Sus corazones de papel están llenos de palabras que desbordan lágrimas. Algunas se inventan escamas y otras espinas. Algunas tratan de hacer del azul su color favorito pero siempre en inglés y otras sangran algunas noches porque en el día dan muchas vueltas. Pero al final sienten más que todos y son especiales porque están hechas con ese cariño que viene por correo para una causa que ha pasado. Ellas se quedaron porque ya no quiero que se vayan. Porque mi cielo no es lo mismo sin ellas. Porque quiero seguir soñando y quiero sacarme también las telarañas. Porque quiero siempre estar de espaldas y verlas y sentir que cada día puedo ver algo distinto.
Mis grullas no son ni cocodrilos ni puercoespines aunque a veces quieran parecerlo. Mis grullas son tan reales como la vida. Son la expresión de un corazón. Uno con harto jugo de fruta tropical.

jueves, julio 26, 2007

Mudanza

Nos vamos a http://hallulla.blogspot.com

Habrá más de lo mismo. No creo que cambie mucho.

El blog que marca el paso se despide y agradece cada post (si todos, aunque hayan sido esos post de mierda que nadie quería leer). Nos vemos comiendo una hallulla calentita y tomando una rica taza de té. No se aceptan cafeinomaniáticos.

martes, julio 24, 2007

how does it feels?

Mi unicornio azul también se me perdió

viernes, julio 06, 2007

Encuesta Casen

HA DISMINUIDO LA CANTIDAD DE POBRES SEGÚN LA ENCUESTA CASEN

Claro que ha disminuido. El frío, el hambre mata cada día a muchos pobres.

martes, junio 26, 2007

Do you miss me miss misery like you say you do?

En alguna parte en las colinas de las montañas negras de dakota
vivía un joven llamado Rocky Mapache
y un día su mujer se fue con otro hombre
y le pegó a Rocky en el ojo
y a Rocky no le gustó nada eso
y dijo 'voy a atrapar a ese chico'
así que un día se fue a la ciudad
y alquiló una pieza en el salón local

Rocky Mapache revisó su pieza
sólo para encontrar la biblia de Gideon
Rocky vino equipado con un arma
para dispararle a las piernas de su rival
Su rival, parece, rompió sus sueños
robandole a la mujer de sus fantasías
el nombre de ella era Magill, pero ella se autodenominaba Lil
pero todos la conocían como Nancy
Ahora ella y su hombre, que se hacía llamar Dan
estaban en la pieza siguiente, festejando
Rocky explotó y con una mueca
dijo 'Danny esto es un duelo'
pero Daniel estaba enojado, sacó primero el arma y disparó
y Rocky se desplomó en la esquina

Y el doctor entró a la pieza oliendo a gin
y procedió a tirarse sobre la mesa
y dijo 'Rocky, conociste a tu oponente'
y Rocky dijo 'es sólo un rasguño
y estaré mejor, estaré mejor tan pronto como pueda'

Y ahora Rocky Mapache se fue a su cuarto
sólo para encontrar la biblia de Gideon
Gideon se ha ido, y la dejó ahí, no hay duda
para ayudar a Rocky a revivir.

lunes, junio 18, 2007

Ladies and Gentlemen... God (The walrus was Paul)

Happy Birthday Sir Paul

We'll always love you! Thanks for your music.

viernes, junio 15, 2007

If she can, i can... this is a bad cover version of Regina Spektor

If i was a songwriter i would be Sebitartney
If i have to be a song, i would be Seband on the run
If i was a paperback writer i'd be Sebatázar or Sebirgnio Woolf (too gay)
If i was a science, i would be Sebitology
If i was a movie i would be I am Seba or High Sebidelity
If i was a drink, i would be Sebi-tea
If i was an actor, i'd be Sebiter Sellers
If i was a cartoon, i'd be Dragon Ball Seba
If i was a decade, i would be Sebixies
If i was a god, i'd be Sebitartney (again)
If i was a philosopher, i would be Sebistóteles or maybe my grandfather
If i was a disease i would be something like love and everybody gets sick of me and have metastasis and they'll live better all day long
If i was a book i know that i won't be an Allende's one or something about 'how to live your life in a better way'
If i was loneliness i would live lonely. No one could be my company because i'll run away from everybody.
If i was a word i would be porcupine because i like the word porcupine
If i was an animal i would like to be a raccoon or a groundhog.
If i was a very rare sound i would be "lalalalalalalalalalalalalalalalalalaala" (running around and screaming)
If i was sexy i would be a black man singing 'let's get it on' and moving the hips.
If a was a rainy day i would be december 20.
If i was a music band i would be sebeatles.

miércoles, junio 13, 2007

when you only want to run away with somebody else and you know that you can't because there is no somebody else

Laura: Listen, Rob, would you have sex with me? Because I want to feel something else than this. It either that, or I go home and put my hand in the fire. Unless you want to stub cigarettes out on my arm.
Rob: No. I only have a few left, I've been saving them for later.
Laura: Right. It'll have to be sex, then.
Rob: Right. Right.

viernes, junio 08, 2007

to vanish into oblivion

Horacio se comenzó a sentir mal del estómago. Siempre le pasaba eso. Tenía problemas a colon y, a veces, se llenaba de gases y su guata sonaba muy fuerte. A veces tenía que salir de los lugares públicos porque no quería que pensaran mal de él. Él decía que no hay que hacerle caso a los demás. Él le hacía caso a los demás.

Ese día, en la clase de literatura donde estaban hablando de una tal Virginia Woolf, Horacio empezó a tener los mismos síntomas de siempre. Se hinchaba de repente y trataba de poner atención. Su estómago comenzó a sonar y todos comenzaron a mirar. Unos murmuraban y lo observaban como si se hubiese convertido en un zeppelin humano. Otros no le tomaban atención porque la Sra Dalloway había decidido comprar las flores por su cuenta y eso, a la larga, siempre es más interesante que la gente y sus problemas internos. La Isi lo miró, le dijo algo a Claudio y ella apoyó su cabeza en su hombro. La profesora los retó. No era permitido pololear en la sala.

Cuando el sonido comenzó a aumentar su volumen Horacio tuvo que salir. Nadie lo vio irse porque habían pasado a los datos rosas de la vida de Virginia y eso le gusta a todo el mundo porque todos creen que porque sabes todo de ella entonces te puedes parecer más.

El dolor era muy grande. El sonido era como de truenos y, al parecer, caerían granizos ese día. Su solución era ir al baño de la universidad. Nunca se atrevía a llamar a nadie. Pensaba que era autosuficiente para todo. Pensaba que, quizás, si lo decía al revés su conciencia quedaría tranquila porque lo dijo. Y si nadie entendía ya no era su problema.

Se sentó y ya no aguantó más. Dolía tanto. Horacio no lloraba seguido. Ese día lloró. Pero no era suficiente. A veces las heridas internas son tan gigantes que aunque termines usando lágrimas artificiales no basta para poder quedarte tranquilo. Y eso le pasaba. No había nadie porque el baño central no lo ocupan en los recreos ya que la gente compra cosas y se junta con amigos. Cuando por fin pudo descargar parte de su dolor sintió un pequeño alivio. Pero seguía doliendo algo dentro que no lo dejaba tranquilo. Y sintió que habían cosas que no paraban, que, por alguna razón científica que ven los doctores, no se detenían con nada. Comenzó a desvanecerse, a sentir que su peso disminuía, que muchos factores ya no le harían caso al disco pare y correrían a doscientos por hora. Horacio no sentía muchas cosas ya. Si pensaba en algo era en que no alcanzó a ser retado por la profesora de literatura. Y eso ya no era relevante.



*To Isidora Stephen. If i can't forget you i know that the world will forget me faster. I didn't lose my time but i lost something important. I hope that you know now that this is you because is your name here and all your bloody likes. And if i write is because i love what you want and i don't believe that anybody feels the way i do about you know.



(8)And i try to be but you know me

I come back when you want me too(8)

lunes, junio 04, 2007

Like Sam Dawson

Sam: Yeah, but I tried, I tried hard.
Rita: Try harder!
Sam: Yeah, but you don't, you don't know!
Rita: I don't know WHAT?
Sam: Yeah, you don't know what is like when you try, and you try, and you try, and you try, and you don't ever get there! Because you were born perfect and I was born like this, and you're perfect!
Rita: Oh, is that right?
Sam: People like you don't know ...
Rita: People like me?
Sam: People like you don't know what is like to get hurted. Because you don't have feelings. People like you don't feel anything!

viernes, junio 01, 2007

y sin peluquín

Me he dado cuenta de algo. Si uno quiere encontrar cariño sólo tiene que ir al peluquero y raparse la cabeza. De ahí lo único que queda es fingir que la gente toca tu cabeza porque te quiere y no por esa maldita sensación de algo que pinche en las manos.

martes, mayo 29, 2007

For no One

Al ir a la U siempre cruzo por el metro. Cuando estoy en las boleterías miro para todos lados. Siempre he soñado con que, de improviso, estás parada esperándome, sólo a mi, y me das un abrazo, me dices que me quieres más de lo que me lo has repetido y pasamos una tarde juntos.

Antes de abrir mi mail siempre cruzo los dedos. Lo hago porque espero que salga tu nombre en el destinatario y un sibjet lindo y que me escribas la carta que siempre esperé.

Algo como lo anterior me pasa con el teléfono. Si alguien llama pienso que podrías ser tú y corro y es mi abuela preguntando por mi mamá o cualquier otra persona.

Lo mismo con el cartero.

Tal vez he visto mucho la película 'Juegos sexuales', pero sueño con subir la escalera mecánica y que, al final de ella, estés eperando.

Tal vez ahora, cuando sólo espero que mamá me despierte y me diga que todo fue un mal sueño y sienta nuevamente la almohada de pelos blancos, se me pase. No lo creo. Pero soñar es gratis.

jueves, mayo 24, 2007

Will you still need me, Will you still feed me? When i'm sixty four(8)

Recuerdo que cuando pequeño mi sueño era ser doctor o futbolista. Pensaba mucho en qué iba a gastar mi vida. Tal vez mi situación económica pedía un poco de dinero extra para mí. Me cargaba que no me compraran lo que quería. Hacía pataletas y mamá me ofrecía al mejor postor. Así me controlaban. Pero yo no me quedaba tranquilo.
El problema es cuando creces. Todo el mundo te habla del carpe diem y de la película de los poetas muertos y de que hay que vivir la vida y no sé qué otra cochiná más. El problema no es que la gente hable como perico cuando uno está en la adolescencia y te digan que todo ‘es por tu bien’, sino que uno se la llega a creer y, de una u otra forma, te embarran la vida desde el principio, cuando quieres conocer todo y terminas perdido en ti mismo. Me pasaba que los sueños se iban perdiendo mientras llegaba la PSU. Es que a uno le da miedo todo y se paraliza y es todo lo contrario a lo que se supone debe pasar. Yo nunca supe lo que quería.
Entonces llegan todas las preguntas que uno se tiene que hacer porque ya tus viejos te miran feo cuando sales tarde y no avisas y uno dice que es mayor de edad y se manda solo y tus viejos te dicen que te vayas a vivir a otra casa entonces. Hay ocasiones en que uno tiene que decidir y no se puede. Y no porque uno no quiera. La Isi me dice que desde que vio el efecto mariposa ya no se hace enredos con planificar las cosas porque uno nunca sabe lo que va a pasar. A ella le resulta porque su vida es como su comida… toda light. A mi no me puede pasar porque si no me quedo pegado en el mismo walkman escuchando las mismas canciones y tratando de no absorber el mismo mundo. Y no sé si me carga pero mamá dice que hay que ser grande para todo y no para lo que me conviene no más, y que hay que ser hombre y todas esas cosas que dicen las mamás para sacarse un peso de encima. Y me da vergüenza porque siempre en las pastorales te piden escribir cómo te ves en 10 años más y yo tengo que contestar que no sé.
Y te tratan de vago porque no entienden que uno no entiende. Si no produces no sirves. Así de simple. Y yo no produzco ni sueños porque no puedo. Mi viejo me quiere llevar al psicólogo porque todo lo soluciona con el psicólogo y ya me dijo que si tenía que comprarme pastillas me las va a comprar y que si tenía que quitarme el walkman lo va a hacer. Y el problema no es escuchar música si igual me voy a buscar otra cosa para salirme de aquí. El problema es que todos creen que estoy enfermo. Y no importa. Tal vez en un tiempo más ya no lo crean.

domingo, mayo 20, 2007

(8)que no se te olvide acordarte...(8)

Me pasa que mientras más intento olvidar más me acuerdo. Y sé bien que tengo que hacer lo contrario y hablar y decir todas las cosas y por una vez en la vida autoapuñalarme para abrir completamente mi corazón y entender que la forma más fácil de dejar de recordar es la más difícil de decir.

Me pasa que cada vez que voy en el auto con mi familia vemos que, en el pavimento, hay mucha agua y después desaparece y uno piensa que algo había y que el sol estaba pegando muy fuerte. Y entonces me acuerdo que prometiste quererme y juntarte conmigo ese día y que no llegaste y me tuve que ir con la misma bolsa de basura llena de las mismas expectativas que te iba a entregar. Tendré que comprar más bolsas.

Me pasa que cada vez que intento ser especial soy más y más común porque ahora es moda ser especial y yo no quiero ser moda y no entiendo bien porque si quiero ser especial tengo que tratar de no ser moda pero la moda es ser especial y me enredo entero y al final saco la misma conclusión... Víctor Jara tenía razón.

Me pasa que cuando camino bajo la lluvia me acuerdo del comercial de tapsín y de la película que intentaban copiar. Me acuerdo de que el chaleco que llevo se pone hediondo con la humedad, que prometí comprar un paraguas y que refugiarse en un árbol sirve solamente para cuando andas con tu amiga que tiene aires de fotógrafa de Amelie. Y sé que te gusta todo eso porque piso las hojas y suena lindo.

Me pasa que cuando extrañas a alguien y después de un tiempo te encuentras con ella las cosas son distintas y dejas de extrañar o te das cuenta que ese sentimiento era sólo porque no estaba presente. Pero también me pasa que cuando me junto contigo se suma todo y se sigue sumando y el orden de los factores no altera el producto. Y no puedo evitarlo y, cuando quiero hacerlo, vuelvo inevitablemente a la primera parte de esta entrada.

domingo, mayo 13, 2007

your mother should know(8)

Si no tratan bien a sus mamis, Mr T vendrá a volarles todo su trasero y traerá a su amigo Chuck Norris para ello.

Feliz día a todas las mamis de los que pasan por acá, en especial a la mami de la Kathy (que es terrible pulenta porque escucha grunge), de la Valy, de la Karen y de la Piña, que son las que siempre pasan por acá.

domingo, mayo 06, 2007

Ángel bueno/Ángel malo

Mi barrio no es de los mejores. La mayoría de las veces la gente piensa que porque las casas están todas juntas tiene que haber algo malo y peligroso. No pasa en todas partes. Pero acá no es la excepción.
Cuando vino Beatriz a casa yo presentía que las cosas, o iban a salir muy bien o algo extraño pasaría. Preferí hacerle caso al angelito bueno y ordené lo que pude la casa. Ella no vivía como yo. Ella vivía en barrios buenos, donde las casas están separadas, donde la gente tiene ‘nana’ (y nana no es precisamente como le dicen a la abuela), donde las cosas, dicen, son más fáciles. Tenía que dar una buena impresión. No quería que se asustara con mi vida oculta.
Cuando Beatriz llegó no dijo nada. Dejó sus cosas en mi pieza y se tomó un café. Sabía que no me gustaba que tomara café. Le hace mal. Ella no entiende. Quizás yo tampoco.
Tenía ese miedo maldito que me hace ver las cosas de colores grises. Le pregunté si quería salir a pasear a la plaza. No quería que estuviera tanto rato en casa. Mis hermanos molestaban mucho y los amigos de ellos pasaban más acá que con sus papás.
Íbamos camino a la plaza cuando me tomó la mano y me dijo que tenía frío. La abracé. Las cosas no eran tan malas como parecían. El frío era una de las cosas que nos mantenían juntos, era una de las cosas que me acercaban más a lo que era. Ella se convertía en un gran abrazo. Yo me convertía en una sonrisa.
Cuando le llegó la primera bala en el costado tomó mi brazo bien fuerte. Mientras yo miraba hacia cualquier lado ella caía y, con ella, mi extremidad se desprendía de mí. Le perforaron el riñón y yo no sabía qué hacer. Tomé su celular y llamé a casa para ver si la podíamos salvar. Cada quejido moribundo se llevaba algo de mí. Ya no existían mis piernas, los ojos se me nublaban. Quedaba tan poco de ella como de mí. Las cosas no andaban bien y era cosa de mirar alrededor. Nadie acudía. Nadie en el horizonte. Sólo un poco de sangre en el pavimento y lágrimas de saber que hay algo que no puedes remediar y que, cuando necesitas a dios, no hay oración que valga. Por primera vez sentí lo que era estar sólo y no me gustaba esa sensación. Esto no tenía que ver con ser pobre o con tener plata. Esto tenía que ver con la fortuna.
Al final ella murió. Mi silla de ruedas era manejada por mi madre y yo, sentado al costado del ataúd, la miraba y entendía que no debería haber estado ahí. Ya no podía abrazar a nadie y eso era una impotencia horrible. Ya no podía caminar y eso me hacía tener que depender de algo que yo no quería. Y estaba vivo. Aunque ella se haya llevado todo lo demás.

viernes, mayo 04, 2007

Sur

Una vez escuché a mi abuelo decir que uno, antes de nacer, elige si quiere ser pobre o quiere ser millonario y que nosotros habíamos sido muy lesos y habíamos preferido ser pobres. Así se explicaba muchas cosas. Era la forma de amenizar un juego de cartas en una noche helada. No había parafina para la estufa.
Mamá nos hablaba cosas de la vida. Que nada es fácil. Que hay que vivir con lo que uno tiene. Mamá solía decirnos cosas alentadoras pero en la noche la escuchaba llorar. Estaba en la otra pieza con mis hermanos pero las paredes hablaban y podía escucharla sollozar junto a mi papá. Decía cosas contra Dios, contra su educación, contra el mundo. Lloraba por nosotros y yo lo sabía. No podía hacer mucho.
Ese día, cuando íbamos en los dos tríos y una escala, papá llegó con un Berlín de los que vendía la señora Olga en su casa. Recuerdo bien ese momento porque me encantaba el manjar. Lo repartimos entre cinco. Pareciera que me dio fuerza porque gané tres juegos seguidos. Mi abuelo me miraba solamente, como diciendo “buen trabajo”
Dormíamos tres por cama. Era la forma de ahorrar en calefacción. Yo dormía con la Sofía y el Pablo, La Karen dormía con Seba y con la Antonieta, mi abuelo dormía con mi abuela y Mi papá con mi mamá y la Kathy que era muy chiquitita y a mamá le daba miedo que alguien la aplastara. Hacíamos competencia de peos. El que sonaba más fuerte o el más hediondo ganaba. Todo dependía del día. La televisión era para la gente de otras partes. La radio siempre estaba sonando en los tangos de mi abuelo. Sur, que era el tango preferido de mi abuela, lo conocía de memoria y lo cantábamos a coro entre todos. Con coreografía y movimientos raros. Hay gente que chamulla el inglés. Nosotros chamulleábamos el tango.
La noche estaba comenzando recién. Era viernes y el fin de semana se venía bueno. Una de las cosas que me gustaba del 21 de mayo era que papá y mamá no trabajaban los feriados. Lo que no me gustaba era quedarme después de clases recortando laminitas de un viejo barbudo todos los años. El último juego lo había ganado el Seba. Ahora nos tocaba el dominó y la Sofía era experta. Mi abuelo sólo miraba. Mi abuela dormía en la pieza del fondo.
Mis compañeros de colegio siempre leían revistas de hartos colores. A mi me gustaba leer. Encontraba lindo conocer otras cosas y imaginarse a uno en medio de todo eso. Una vez leí que hay personas que extrañaban el hecho de que sus desayunos ya no sean pan con palta. A mi me pasaba lo mismo. A veces la abuela hacía pailas con huevos porque guardaba los que sus gallinas ponían. Eran huevos rosaditos. Comíamos un pan cada uno y el té, a veces, lo endulzábamos con uno de los caramelos que traía papá. Mamá decía que el azúcar era muy cara y que, si no racionábamos, terminaríamos tomando té solo. Una vez pilló a la Antonieta comiéndosela a cucharadas y le pegó y se quedó sin salir.
El frío nos hizo parar un rato, cambiar la emisora de la radio y ponernos a bailar entre todos. A cada vuelta veía sonreír a todos. No me importó mucho tener que salir al otro día a buscar sacos de porotos verdes para pelarlos en casa. Sólo recordaba a mamá diciendo que la vida es difícil. Y me reía.


*para ti abuelo que cuidas mis pasos y soplas en mi algo más grande que la vida. Te quiero aunque ya no estés. Tal vez en el cielo Dios tenga wi fi y te preste su computador para que lo leas y veas que tu vida fue mucho más que una anécdota. Tu vida es el molde de la mía.

martes, mayo 01, 2007

Chiste Kitsch

La nueva sección del blog que marca el paso trata de esos típicos chistes que comenzaste a aprender cuando eras muy chico y que quedaron para siempre. Son esos mismos chistes que ahora cumplen 154 años pero que siguen vigentes en el inconciente colectivo.

Esto es CHISTE KITSCH

Juan: ¿te cuento un chiste al revés?
Alonso: Dale
Juan: Ríete primero




tan tan(8)

El cuento que podría resumir Liniers

El problema que ella tenía estaba en su cabeza. Si hubiese podido ser más pequeño y meterme en su oído, habría invadido sus pensamientos y me hubiese encontrado con una gran araña. Me lo imaginaba así. Una araña con un crochet.
Recuerdo que un día pude hacerme chiquitito. Recordé las veces que mi hermano me decía que lo del chapulín era sólo efectos especiales. Ahora era yo el que pensaba que era incrédulo. Ese día estaba abrazándola y, de repente, sentí que mis párpados pesaban. Era el efecto de achicarse. Los párpados eran lo último en perder su tamaño original.
La abracé y me quedé en ella. Entré por la nariz mientras escuchaba que ella me buscaba y pedía explicaciones por todo. Intento llamar a su madre que era licenciada en física o en química o en alguna de esas ciencias y le pedía que le diera una rápida explicación. El ruido era enorme. Su cabeza hacía un eco infernal que sólo pude aguantar cuando se tapó los oídos y se puso a llorar, sola.
Subí por sus ojos grandes y divisé parte de su cerebro. Todo era extraño y un foco alumbraba para todas partes. Me enceguecí y corrí hacia alguna parte. Logré zafar mi vista y mis sentidos pero la orientación me fallaba. No sabía donde estaba.
Era un gran túnel lleno de relojes y manzanas caídas. Había números colgando. Había telas de araña. Fue ahí donde recordé lo que siempre creí. Era su mente, la misma que me había hecho pensar en cosas que no quería pensar. Sabía que tenía que encontrar a la araña. No entiendo porqué pero tenía que hacerlo.
Cuando la encontré tuve una rara sensación. No tuve miedo. Era la primera vez que una araña de su especie, venenosa y grande, no me asustaba. Quizás fue porque la vi llorando, sentada en una gran piedra y con los palillos en sus patas superiores. Me dijo que no sabía tejer y que había llegado a ese trabajo de casualidad, porque su madre se lo había dicho, porque mintió en el currículum y dijo que tenía más experiencia de la que ella realmente poseía. Pero no quiso que la sacara de ahí. Y aunque me quise quedar ella me lo negó. Me dijo que quizás, como en las películas, nos encontraríamos en la calle algún día y que nos abrazaríamos bien fuerte pero que, por ahora, quería estar sola aunque no supiera realmente porqué. No tuve opción. Su abdomen comenzó a asustarme y preferí huir. Salí por donde mismo había entrado.
Cuando salí de ella estaba dormida. Estábamos en casa. El tiempo había pasado lentamente. Le di unas palmaditas en su cara y despertó. Cuando me vio me abrazó bien fuerte y me dijo que había soñado que se metía en mi corazón y que se había encontrado con una araña tejedora.

lunes, abril 30, 2007

Algo natural

Mamá siempre le dice a mi hermano que nadie te enseña a ser papá o mamá, que es algo que se aprende con la vida y que los errores son algo que viene con nuestra humanidad.
Yo me pregunto... si nunca les enseñaron a ser papás o mamás ¿porqué siempre se repiten las mismas cosas?

- Te lo digo por tu bien
- Porque yo lo digo y punto
- Cuando vivas bajo tu propio techo puedes hacer las cosas que tú quieras
- ¿Crees que cuando voy al baño hago plata?
- Tú te vas a la mesa de los niños (mesa de los niños: la mesa de centro con mantel)
- Te lo dije
- Deja el número de la casa donde estés
- Si te castigo es porque te quiero


*si tienen más frases las pueden agregar

martes, abril 24, 2007

Cuando Dios quiere hacer llover, y no puede, se le hace un nudo en la garganta

Cuando miré al cielo había dos nubes con forma de algodón de dulce. Tenían hasta el palito con qué afirmarlas. Le dije a Beatriz que faltaba el carrito del tío Omar para que pareciese la esquina de la casa. Ella se rió solamente y me tomó de la mano.
Los paseos eran algo habitual. Habíamos cambiado hace poco la plaza Sta Ana porque ni ella estudiaba allí ni yo estaba dispuesto a juntarme tan lejos de la Universidad. El lugar neutral era la Alameda, el bandejón central frente a la farmacia de turno donde el guardia parece periodista de farándula porque nos mira y se queda pegado mucho rato, como queriendo escuchar lo que hablamos. Yo no lo miro mucho. Me desespera un poco.
Hace una semana que no veía a Beatriz. Cuando uno entra a estudiar los tiempos se reducen y las brechas personales se agrandan. Mamá solía decir que la amistad era como una flor que había que regar todos los días y que, eso significaba llamar y juntarme con la gente. Mamá es sabia pero tiene formas de decir las cosas como poetisa de radio am.
Cuando dijo que había ‘algo importante que hablar’ comenzó a sonar ‘Maybe i’m amazed’ de Paul McCartney y seguí la música. Miré al cielo y entendí que, aunque los meteorólogos se equivocan muchas veces, el día que no les creo justo tienen razón. Estaba atardeciendo pero no se veía el sol. Las nubes tapaban todo y hacía frío.
Beatriz dijo cosas que me hacían temblar. Me preguntó si estaba bien y le dije que si, que había dejado la bufanda en la casa y que eso me hacía tiritar.
Recuerdo que la última vez que había muerto me pasaron muchas imágenes por la cabeza. Ahora me pasaba lo mismo y supe que era hora de mi entierro.
Beatriz dijo las palabras mágicas, esas que cambian el mundo y lo giran en muchos grados. Sentí que algo se agrandaba en mi y que debía dejar de fumar. Era como subir 20 pisos corriendo y llegar al final y no encontrar lo que buscaba. Todo lo miraba con neblina.
Me dio 5 abrazos, 23 palmaditas en la espalda y pasó su mano 14 veces por mi pelo antes de tomar la troncal que pasa por la plaza Don Bosco. Me puse a caminar hasta que se perdió en el camino. Nunca miró para atrás. Era su estilo de despedida. Ya lo conocía.
Cuando caminé hacia el paradero mucha gente abría sus paraguas. No llovía pero estaba a punto de hacerlo. El frío penetraba en los abrigos más gruesos y el tío que duerme en la escalera del metro estaba sentado, amarrando sus piernas con sus brazos y su cabeza en medio, como haciendo un rollito de él mismo. Yo caminaba y miraba. Era lo único que podía hacer.
Tomé la micro y llegué en 15 minutos a casa. Mamá preguntó cómo me había ido y le dije que bien, que estaba cansado solamente y que tenía sueño. Fui hasta la pieza y me acosté rápidamente. Recuerdo que antes de morir por tercera vez en mi vida lo último que pensé era que, aunque quería que lloviera torrencialmente, algo impedía que eso pasara.

miércoles, abril 18, 2007

R.I.P Mrs K

"[...] y cuando Mrs K supo quién realmente era, cuando supo todo lo que ella significaba, cuando comprendió lo profundo de su ser, desapareció. Era extraño pero juro que desapareció y que no volvió a asomarse por acá[...]"

La tarde que duró tres años
Gustavo Estévez.

sábado, abril 14, 2007

Peradventure we might believe...

¿Y si cuando muera me voy al cielo y se aparece Buda o Alá en vez del Dios que creo?

martes, abril 10, 2007

The wheel keeps turning...

Era perfecto, excepto por el hecho de que estudiaba literatura...
Y las mamis prefieren los doctores y los abogados...

domingo, abril 08, 2007

No more rain

Un hombre sale de su departamento
está lloviendo y no anda con paraguas
comienza a correr por debajo de las marquesinas
tratando de salvar su traje
tratando de salvar su traje
tratando de secarse, de secarse, de secarse pero no le resulta.

Cuando entra al andén del metro
se saca ambos zapatos
y se para en una poza de saliva
y los que lo ven dicen "eww"
y cada persona que lo ve dice "eww"

Pero a él no le importa
porque la noche anterior tuvo una visita de
el fantasma del futuro corporativo
El fantasma dijo "sácate los zapatos cada vez que puedas
especialmente cuando estén mojados"

También dijo:
"Imagínate que tienes que irte por un viaje de negocios un día
y cuando vuelves a tu casa tus hijos ya crecieron
y nunca hiciste que tu mujer gimiera
tus hijos ya crecieron
y nunca hiciste que tu mujer gimiera"

"La gente te pone nervioso
y piensas que el mundo se acaba
y las facciones de todos han comenzado a mezclarse de alguna forma
Y todo es plástico
y todos son sarcásticos
Y toda tu comida está congelada
y necesita descongelarse

Pensarías que el mundo se acaba
pensarías que el mundo se acaba
pensarías que el mundo se acaba ahora mismo
Pensarías que el mundo se acaba
pensarías que el mundo se acaba
pensarías que el mundo se acaba ahora mismo

Quizás deberías tomar un poco menos de café
y nunca más ver las noticias de las 10
tal vez deberías besar a alguien agradable
o lamer una roca
o hacer ambas cosas...

Tal vez deberías cortarte el cabello tu mismo
porque puede ser muy entretenido
y no cuesta nada de dinero
y el pelo siempre crece
crece hasta después de haber muerto

La gente es sólo gente
no deberían ponerte nervioso
el mundo es eterno
viene y va
Y si no sacudes tu plástico
las calles no serían tan plásticas
Y si besas a alguien
los dos podrán practicar

El mundo es eterno
pon bolitas de mugre en tus bolsillos
pon bolitas de mugre en tus bolsillos
y sácate ambos zapatos
La gente es sólo gente
la gente es sólo gente, como tú
la gente es sólo gente
la gente es sólo gente
la gente es sólo gente, como tú

El mundo es eterno
viene y va
el mundo es eterno
viene y va
viene y va

miércoles, abril 04, 2007

Y si hoy...

Me levanto más tarde...
Tomo menos café...
Tomo más té...
Gasto la plata que fumo en chocolates...
Le doy un poco de sopaipillas al perrito blanco que no tiene casa...
Hablo menos...
Creyera (pero de verdad)...
Dejamos de matarnos a palabras...
Cuento lo que me pasa...
Te digo que me quieres...
Me dices que me quieres...
Te tomo la mano y no la sacas...
Devuelvo los sonidos que tengo de ti...
Ayudo a los pobres...
Hago mi cama...
Cambio la música por un amigo...
Saludo a todas las personas que me conozcan...
Cambio mi visión y pienso en vivir...
Dejo de pensar que 5 días son una eternidad...
Te entrego todas las cartas que te he escrito...
Te digo que Beatriz, que la K no es algo no pensado... y que eres tú...
No voy a la Universidad...
Me pongo los calzoncillos sobre los pantalones...
Le regalo mi desayuno al tío de las escaleras...
Abrazo a todo el que vea...
Me corto el pelo yo mismo...
Sonrío...
Hago lo que quiero... pero bien
Confío en las personas...

...

lunes, abril 02, 2007

why can't we be friends?

La cosa es súper simple. Uno elige a los mejores amigos de acuerdo a la cantidad de temas autocensurados que uno puede hablar con ellos.

viernes, marzo 23, 2007

You are Somebody Mrs K

Harry Burns: I love that you get cold when it's 71 degrees out. I love that it takes you an hour and a half to order a sandwich. I love that you get a little crinkle above your nose when you're looking at me like I'm nuts. I love that after I spend the day with you, I can still smell your perfume on my clothes. And I love that you are the last person I want to talk to before I go to sleep at night. And it's not because I'm lonely, and it's not because it's New Year's Eve. I came here tonight because when you realize you want to spend the rest of your life with somebody, you want the rest of your life to start as soon as possible.

martes, marzo 13, 2007

Otra vez... Lugares Comunes

"[...] es que compadrito, la vi nuevamente. La vi y me volvió a romper el corazón como un vidrio que se quiebra en mil pedazos [...]"

sábado, marzo 10, 2007

Deme boleto poh!

Hace un rato que el transantiago comezó a funcionar. Las noticias muestran lo macro, las aglomeraciones, la señora diciendo que le tocan una pechuga cada vez que se sube al metro, al caballero llorando porque perdió la pega y a la población entera reclamando por nuevos recorridos y por un trato justo, digno, de calidad, acorde con el hecho de que somos jaguares.
Ahora bien, hay gente que está olvidada.
Recuerdo que cuando iba a la casa de mi abuela veía una bolsa llena de boletos de micros. Habían de todos colores y con frases de 'no a la droga' o 'exija su boleto'. Era obvio, mi abuelo era microbusero y le traía los que se encontraba botados en la máquina. Mi tía los juntaba para la vecina que necesitaba una silla de ruedas.
Todos aportábamos. Yo viajaba una vez a las mil quinientas, pero le llevaba los boletos porque era la vecina de mi abuela y mi mamá me metía miedo con eso de que si algún día me pasa me gustaría que alguien me ayudara también.
Pero llegaron las tarjetas bip que hacen más seguro el viaje y más expedita la subida. Llegaron las tarjetas y se fueron las sillas de ruedas. Llegó la nueva forma de pago y la familia tiene una excusa menos para hacer algo en conjunto.
Tal vez tengamos que idear otra forma y no dejar que sea la teletón la única forma de hacer trasladarse a la gente.
Es sólo pedir que a los discapacitados les den más boleto.

jueves, marzo 08, 2007

Feliz día a todas las Mujeres

Mujer, difícilmente puedo expresar
La variada emoción de mi desconsideración
Después de todo estoy siempre en deuda contigo
Y mujer trataré de expresar
mi profundo sentimiento y agradecimiento
por mostrarme el significado del éxito
ohhh, bueno

Mujer, sé que entenderás
al pequeño niño dentro del hombre
Por favor recuerda, mi vida está en tus manos
Y mujer, mantenme cerca de tu corazón
sin embargo, la distancia no nos separa
después de todo está escrito en las estrellas
ohh.. bueno

Mujer, déjame explicar
que nunca quise dañarte o hacerte sufrir
déjame decírtelo una y otra vez y otra vez...
Te amo, ahora y siempre
te amo, ahora y siempre

sábado, marzo 03, 2007

es hora de... Lugares Comunes

viendo el eclipse de luna, el cielo, las estrellas, me digo a mi mismo: "qué pequeños somos"

jueves, marzo 01, 2007

No basta

No basta con pararse en medio de la calle
Para morir
No basta con tener corazón
Para querer
No basta con una noche sin televisión
Para que aprenda la lección eternamente
No basta con verte llorar
Para entender que un minuto es dorado
No basta volar
Para saber que estás soñando
No basta entrar primero
Si no te quedas
No basta tener un hijo
Para ser padre
No basta una eternidad
Si una noche puede hacerlo todo
No basta que me quieras
Y que yo te quiera
Para que seamos felices

domingo, febrero 18, 2007

Y este es Oliverio

No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de sorportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme! Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa. ¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado? ¡María Luisa era una verdadera pluma! Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres... ¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. "¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte. Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo. ¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo! Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo? Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.

lunes, febrero 05, 2007

Walking after you

Esta noche estoy enredado en mi sábana de nubes
soñando en voz alta
Las cosas no se harán sin ti, de hecho estoy detrás tuyo,
estoy detrás tuyo

si me abandonas, caminaré después de ti
si me abandonas, caminaré después de ti

si tú aceptaras rendirte, yo me rendiré por ti mucho más
No adorarías eso?
No puedo estar sin ti, de hecho estoy detrás tuyo

si me abandonas, caminaré después de ti
si me abandonas, caminaré después de ti

No puedo estar sin ti, de hecho estoy detrás tuyo

si me abandonas, caminaré después de ti
si me abandonas, caminaré después de ti
si me abandonas, caminaré después de ti

Otro corazón partido en dos, estoy detrás de ti.

martes, enero 23, 2007

"Pega Martín, Pega"

El juego de los detectives era simple. Había que esconderse. Lo único que había que hacer era esconderse y que nadie te viera. Te veían y perdías.La plaza del trabajo de mi mamá era ideal. Funcionaba de estacionamiento y habían muchos árboles y muchos juegos y en realidad yo lo veía como muchas partes donde esconderse. No era un juego de moda. En realidad era un juego estúpido pero cuando uno es niño te gusta hacer cosas estúpidas porque así eres feliz. Y mi madre me dejaba jugar a eso.Mi compañero de juego era el Ariel. Ariel era de esos chicos que consiguen todo porque tienen mucha plata y son rubios. Y si eres rubio ya tienes la mitad de tu vida ganada. Y si tienes plata tienes pagada tu vida completa. Y es súper simple. Yo era el negativo de él y si estaba con él pensaba que se me pegaría algo de lo que él era. Era la esperanza que tenía.La primera vez que perdí fue porque había que dejarse perder. Quizás porque era la hermana de Ariel la que nos vio porque tenían que irse a casa. Ella era igual que Ariel pero en mujer. O sea, en niña. Pelo largo, ojos azulados, un olor característico. Tenía sólo siete años pero ya entendía qué era lo que me pasaba. Y no es que yo haya sido un niño adelantado ni nada, pero cuando te dejas perder en un juego, por más estúpido que sea, es por algo.Después de encontrarme con ella, mi mamá me llevó a casa. Cuando llegué abrí el refrigerador y saqué la última leche soprole en bolsa que quedaba. Me senté al lado de mi abuelo a ver la pelea de Martín Vargas con otro desconocido que era igual de flaco. Mi abuelo me decía que eran pesos mosca, que no es que volaran ni nada, que así se llamaba su categoría. Mi abuelo me había visto jugar a los detectives y también me creía estúpido. Le pregunté porqué Alí nunca había peleado con nuestro Martín y me dijo que Alí era un peso pesado y que sería un suicidio de nuestro Martín si peleara con él. Aparte, cada uno tiene que pelear en su propia categoría y no dárselas de grande.Al final ganó Martín mientras el Caupolicán gritaba “Pega Martín, Pega”. Esa noche no dormí bien. Me desperté cada dos horas pero no quise decir nada. Nunca me creyeron los miedos de pieza que tenía y sé que no iba a ser la primera vez.
Había pasado una semana desde el día que vi a la Karen. La hermana de Ariel había tenido que ir con su mamá al trabajo porque su padre no pudo llevársela a su casa. Cuando la vi recordé un lugar donde había una flor amarilla que quizás le podía gustar. Corrí mucho y desabroché mi cotona para que pareciera Superman y para que ella se diera cuenta de que existía. Corté la flor y se la llevé. Cuando se la entregué le dije que era tan linda como la flor y que me gustaba. Se demoró en responder porque ella sabía mejor que yo lo que eso significaba. Cuando me dijo las cosas que, según mi madre te hacen crecer, prometí a mi mismo que nunca más me iba a dejar perder en los detectives.

domingo, enero 21, 2007

Póngale nombre al niño

Esto es algo nunca hecho y es la novedad que trae el blog que marca el paso...
Usted señor, señora, adolescente, niño o niña, hombre o mujer, dese el gusto y póngale nombre al miembro...
Sea creativo, en más de algún baño de colegio público vio que había de estas encuestas. Haga el intento. Póngale nombre y bautícelo.

Yo daré el pie.

'Cabeza de Haba'




saludos!

sábado, enero 20, 2007

Soundtrack de Hoy

1.- I know it's over - The Smiths
2.- Pictures of You - The Cure
3.- Crímenes Perfectos - Andrés Calamaro
4.- Love will Tear us Apart - Joy Division
5.- Miss Misery - Elliott Smith
6.-Last night i dreamt that somebody loved me - The Smiths
7.- Thinking 'bout you - Radiohead
8.- Fake plastic trees - Radiohead
9.- Té para tres - Soda Stereo
10.- I'll never fall in love again - Burt Bacharach
11.- All i want is you - U2
12.- Stay (faraway, so close!) - U2


Si quiere sentirse miserable, esto es para usted.
Cualquier aporte al soundtrack se agradecerá.

sábado, diciembre 30, 2006

Mi Papá es un Ratón

Mi padre nos despertaba en la mañana. Se levantaba antes que nosotros porque tenía un horario que no nos favorecía. Salía a las 6:30 de la mañana todos los días y acostumbraba llegar a las 11 de la noche, cansado, con las manos negras y con su polera sin mangas toda sudada. En toda época del año era así. Si no eran gotas de sudor era la lluvia que tenía que soportar desde que se bajaba de la micro hasta llegar a la casa. Mi hermano me decía que por eso yo había sido el último de la familia, porque desde que mi mamá me tuvo y éramos ya 6 los integrantes de la casa, mi papá necesitaba un trabajo que demandara más dinero y con eso más tiempo. –Los papás ya no tienen tiempo ni dinero suficiente para llamar a París ni para plantar semillitas- me dijo mientras jugábamos nintendo. Yo le dije que no importaba y que yo podría hacerlo. Que cuando fuéramos a la feria compraríamos semillas y yo las plantaría donde mi abuelo. Se rió solamente y murmuró algo con campos ajenos.
Después que mi papá despertaba, se duchaba y nos hacía a todos el desayuno. Un té con pan tostado a mi mamá, un café con otro pan tostado para mi hermano y una mamadera con leche Nido y Nestum para mi. Yo me tomaba ‘la papa’ dormido mientras que mi papá me daba un beso en la frente y salía de la pieza. A veces despertaba y me iba a la cama de mi mamá a ocupar el lado que dejaba mi papá cuando se iba. Antes que mi viejo abriera la puerta para irse, le daba cinco besos a mi mamá. Uno en la frente, uno en cada mejilla, uno en la nariz y uno en la boca. Después de eso ponía el despertador para que sonara media hora después, agarraba una chaqueta roñosa que tenía y se iba a trabajar.
Cuando sonaba la radio reloj nos levantábamos y era cosa de vestirnos e irnos. Yo ya había aprendido a bañarme solo y mi madre prefería que lo hiciera en las noches. Ella me secaba el pelo esperando a mi viejo. Me decía que me parecía a él.
Salíamos rápidamente. Mi mamá me iba a dejar al colegio y ella se iba a trabajar. Mi papá me daba cien pesos para comprarme algunos tabletones o para comer filitos. A veces juntaba esa plata y en vez de comprar suflés me los gastaba en masticables o en miti miti de fruta. Me gustaban porque me los comía en tres pasadas o me los metía todo a la boca y estaba toda la clase masticando hasta que se me quedaba pegado en el paladar. Lo intentaba sacar con la lengua y cuando lo hacía me quedaba picando la parte de arriba de la boca y era molesto. Pero valía la pena. De eso estaba seguro.
De tanto comer chicle y dulces media hora se me empezaron a caer los dientes. Mi mamá dijo que era normal, que eran los de leche y que esos, tarde o temprano se me iban a caer. Nunca supo que yo me escapaba de esos vasos con fluor que daban en el colegio porque su sabor me recordaba los jarabes para la tos.
Cuando se me cayó el diente (en rigor no se me cayó sino que mi papá me lo amarró con un hilo de extremos diente-puerta) mi viejo me dijo que lo pusiera debajo de la almohada porque iba a venir ‘el ratón de los dientes’ a buscarlo y a dejarme plata por él. Me contó una historia digna de barbie, con hadas y ratones que usan los dientes para dárselos a las señoras que se juntan con la esposa del presidente. Me puse contento porque podría comprar más dulces en el kiosco. Lo puse debajo de mi cabeza y me quedé despierto para ver al ratón cuando llegara. A los cinco minutos me quedé dormido.

Eran como las cuatro de la mañana cuando vi a mi papá prendiendo la luz y levantando mi almohada con doscientos pesos en su mano. La verdad es que no me desperté por eso sino que escuché a mi madre gritarle unas cosas a mi viejo. Lo miré y me miró con cara de ‘perdón’ y salió de la pieza a tratar de calmar a mi mamá. Nunca me gustaron los gritos y nunca los había escuchado gritar. Prefería escuchar a la Kathy Salosny presentando a los grupos con vocalistas que no conocían el ritalín y que escuchaba mi hermano cuando mis viejos no estaban. Me levanté y los dos lloraban. No me calmé porque tenía poca edad para entender qué era eso. Ni los remedios que tomaba para parar mi insomnio resultaron. Las cosas empeoraban y yo estaba en el medio, tratando de que dejaran de decirse cosas que los papás no deberían decirse. Cuando me vieron se callaron. Me di cuenta que ya no era hijo de los dos sino de uno sólo. Para mi papá era el hijo de mi mamá y para mi mamá era el hijo de mi papá. No tenía traumas y ellos estaban buscando culpables en ellos mismos. Nunca supieron que era mi primer trauma el que estaba mirando. Se sentaron. Se miraron y no decían nada. Me puse al medio y uno de ellos me abrazó. Después el otro. Ahora cada uno me quería por su lado. Cada uno me quería por separado.
Mi mamá me dijo que mi papá se iba porque había encontrado otra gente, otras que no eran como ella pero que le daban cosas que ella no podía. Mi papá me dijo que no me preocupara y que siempre me iba a querer. Yo no entendía porqué me decían eso si ya lo sabía. Mi mamá dijo que se acabó y le tiró una maleta vieja para que guardara sus cosas. Yo lloraba porque se iba, porque es como que si se te quiebra una pata y cuesta que cicatrice. Sólo atiné a ir a mi pieza, levantar la almohada y agarrar los doscientos pesos que habían para que tuviera para la micro.

martes, diciembre 26, 2006

Eterno Recuerdo

Años después de lo que pasó con mi abuelo en la viña vine a soñar con él. Tenía 15 años y ya había empezado la pubertad. Estaba lleno de granos, de espinillas, de puntos negros. Tenía una mano más grande que la otra y me encerraba en el baño por 15 minutos cada tres días. Uno cree que las mamás no se dan cuenta de eso pero, cuando cumplí 20, mi mamá me dijo que todo el mundo sabía a lo que iba. Me dio vergüenza.
La noche que soñé con mi abuelo lo veía vivo. Obvio. Nadie conversa con los muertos. Estaba en su silla favorita, en la bodega. Estábamos todos los nietos en un semicírculo, sentados como nos había enseñado la abuela. –Pónganse como gitanos, crucen las piernas- Antes que mi abuelo comenzara a narrar sus historias yo me puse a contarle las arrugas. Apuntaba cada una con el dedo y le decía a Mauricio, mi primo de punta arenas que ahora se hizo paco, que yo podía sacar la edad del abuelo con sólo saber cuántos pliegues de piel tenía. -75 años tiene- le mentí. Yo me sabía la edad de mi abuelo pero quise hacerme el interesante ya que en la tele le sacaban la edad a las tortugas con sólo saber los círculos de su caparazón. Me gané el título de ‘dato inútil’. Mi tío José me puso así.
El abuelo comenzaba a contarnos la vez que fue a su ciudad natal, Lebu, a visitar a su madre. Cuando llegó estaban sus hermanos, sus padres y sus primos y tíos. Se sentaron a la mesa y él les dijo que no volvería para allá, que había encontrado y comprado un terreno para hacerse una casita y vivir con mi abuela Eugenia. Era la primera vez que todos lo veían independiente y satisfecho y por eso no lo retaron. -En esos tiempos era difícil irse de la casa a buscar oportunidades a la capital, la mayoría se devolvía con las manos vacías- nos decía mientras tomaba una copa, abría uno de esos barriles grandes y le echaba vino dentro. –Así hice mi primera inversión y años después planté la primera parra- nos decía y todos estábamos atentos. Tenía una forma especial de contarnos las cosas porque nos miraba a todos fijamente. Él siempre quiso estudiar teatro. Él nunca pudo estudiar teatro. Hubo un momento en que salíamos de la casa y nos mostraba nuevamente la viña y nos decía cosas del esfuerzo y que la sociedad del nintendo iba a formar gente gorda y sin futuro.
Desperté de sobresalto porque pasábamos un puente al que le faltaban palos y Mauricio me empujaba y yo me caía. Eran las 7 de la mañana y me quedé hasta las diez pensando. Era sábado y no había colegio. Me alivié y fui a buscar el diario.

Después de almuerzo mi hermano me invitó al Blockbuster a arrendar una película. Le pedimos a mi vieja que nos llevara y que pasáramos al supermercado a comprar cosas para comer. Mi hermano sacó una casata Chamonix de tres sabores, un maní marco polo y unas frito crack porque le recordaban el colegio. Teníamos mucho para comer. Nos fuimos al blockbuster llenos de bolsas. Mi hermano quería ver singles por decimoquinta vez. Yo la quería ver también porque aparecía Eddie Vedder y Pearl Jam era mi grupo favorito en ese tiempo. Nos dijeron que no estaba. Mi hermano casi se agarra a combos con el vendedor por publicidad engañosa. –Se supone que siempre hay una copia para ti- le dijo mientras lo agarraba de la chapita con el nombre. Se llamaba Carl, como en los blockbuster de Estados Unidos donde todos se llaman Carl, tienen espinillas y están enamorados de la niña linda que también trabaja ahí y que se llama Jenny. Antes que le pegara el primer combo yo saqué una película que tenía en la carátula un hombre chino con cara de perdido. Le dije que la quería ver porque si los chinos hacían películas como Dragon Ball Z, porqué no iba a hacer otras mejores. –La llevo, pero esto no les va a quitar la demanda al Sernac- le dijo mi hermano.
La película se llamaba After life y tenía letras rojas.
Esperamos a que mi mamá terminara de ver el Pase lo que pase –Porque me encanta la pareja que hace Camiroaga con la Doggenweiller- nos decía siempre. Mi mamá nos acompañó a ver la película y nos dio un color del helado a cada uno. Me tocó el de vainilla, a mi hermano el de chocolate y a ella el de frutilla. La película, a grandes rasgos tratada de que cuando te mueres debes elegir un recuerdo para atesorarlo para toda la eternidad. Lo demás se borra. Sólo un recuerdo que hay que elegir.
Cuando terminó, prendimos las luces, pusimos la película en la caja para prestársela a la vecina y mi mamá, que al igual que nosotros quedó con hambre, nos invitó a tomar once. Pusimos la mesa, mi madre hizo unas paltas y tomamos té en hoja. Pocas veces habíamos hecho vida de familia y ahora se hizo. Nos sentamos todos juntos, yo puse la comida del perro al lado de la mesa para suplir algunas ausencias recientes y mi madre empezó a hablar. Nos dijo que no había soñado con mi abuelo hasta ayer. Que ella estaba detrás de la puerta escuchando la historia que él le contaba a sus nietos (entre ellos, nosotros) y que trataba de su viaje a Lebu para visitar a nuestra abuela. Cuando mi hermano lo escuchó quedó helado. Y todos seguimos comiendo en silencio.

sábado, diciembre 23, 2006

Técnica Discovery

Había invitado a la Andrea a una tarde cultural en mi casa. Mi vieja había contratado cable hace una semana y mi viejo desde el sur me comentaba los documentales del discovery channel. En mi casa no había más plata y sólo nos alcanzaba para los seis canales del TV MAX. No importaba. Mi hermano chico estaba feliz con el cartoon network, yo alucinaba con MTV y mi vieja se aliviaba porque no pasábamos tanto tiempo en la calle.
Tenía todo listo para cuando llegara la Andrea. La conocí hace cinco meses, fortuitamente en uno de esos eventos donde hablan de libros y la gente exclama porque el autor dice cosas comunes pero en su boca se oyen bacanes. Hace dos meses que estábamos juntos. Recuerdo que nuestra primera conversación fue acerca de viejas feministas y de leucémicos contemporáneos. Era maniática de todo y eso me gustaba.
Esta era la primera vez que venía a casa y había que recibirla bien. Compré algunas cosas en el supermercado y saqué los diarios con los que secábamos el pichí del perro. El diagnóstico de mi casa era perfecto y las expectativas: una tarde genial.
Cuando llegó la Andrea la recibí con un beso en la mejilla. Mi madre me estaba mirando y a veces, con esto de lo complejos que los psicólogos sacan de la Biblia, me daba vergüenza un beso más apasionado. Menos mal que la Andrea no se molestó.
Nos sentamos en el sofá negro y a la hora del documental prendimos la tele. Estaba empezando un programa que me gustaba porque hablaba de plantas y yo quería ser agrónomo como mi tío. Quizás porque quería ser dueño de un campo para vivir tranquilos con ella.
La Andrea se acomodó en mis piernas y yo me puse detrás de la cabeza el cojín que ella me tejió. El programa trataba de unas plantas a las que le ponían unas máquinas para saber si sentían algo. Era increíble porque fue como si yo estuviera ahí, hablando en inglés y apretando botones con hartas luces. Lo mejor del documental fue cuando mostraron que las plantas presentían algún peligro, como cuando la iban a matar. Era como un mecanismo de defensa donde expulsan muchas cosas de si mismas.
Cuando terminó vi que los ojos de la Andrea se ponían rojos. No pensé que se iba a poner así. Era sólo una planta mutilada. No era nada como la muerte del papá de Simba ni lo de la mamá de Bambi. No era para tanto.
Cuando la fui a dejar al paradero me apretó fuerte la mano, se puso a mi izquierda y antes de subirse a la micro me susurró algo al oído.
Cuando llegué a casa fui al patio de atrás y me acosté sobre el pasto, al lado de los gladiolos y las rosas, debajo del ciruelo y del limón. Me acosté ahí, los miré a todos y les pedí que me enseñaran a hacer lo que ese día vi en televisión.

jueves, diciembre 21, 2006

CASA DE CAMPO

Fui al campo de mi abuelo Alberto a pasar las vacaciones del 94. En ese tiempo tenía ocho años y mi hermano me enseñaba a escuchar Nirvana y me decía que él se iba a suicidar a los 27 como los grandes de la música. Yo le decía que si y movía la cabeza como los monos que veía en MTV que decían cool y tenían una polera que me gustaba porque decía lo mismo que el transformador del nintendo.
Cuando llegamos a la casa de mi abuelo vi lo grande que podía ser un campo. La verdad es que a mi poca edad no entendía bien porqué no nos íbamos a vivir allá y dejábamos la casa que teníamos en la gran avenida. Acá era bacán porque pasaba de todo y allá no había nada más que aviones que no me dejaban escuchar a Epidemia los días domingos. Mi abuelo, cuando me vio, me dijo que lo acompañara a dar una vuelta para conocer el lugar. Mi mamá me puso un jockey y harto bloqueador solar. Me parecía a Robert Smith pero en miniatura. Mi abuelo me tomó de la mano y fuimos a una viña que tenía atrás del granero. Me dio unos huevos de colores y, cuando llegamos a un túnel de palos y hojas verde claro, me dijo que de ahí se sacaba el vino. Lo recuerdo muy bien porque cuando intentó sacar una uva se agarró el pecho y se fue para atrás. Fue todo en cámara lenta, como años después vería en matrix. Cayó de la banca y se puso de todos colores. Me puse de rodillas y le empecé a mover la cabeza. Me acordé de Baywatch y le empecé a dar besos como esos para que pusiera respirar. No pasaba nada. Mi abuelo tenía una cara psicodélica que cambiaba de colores y yo no podía hacer nada. Me tiré al suelo también e intenté abrazarlo. Me acosté a su lado y le canté ‘cambalache’ que era su tango favorito. Tenía 8 años pero entendía que cuando uno está en las últimas quiere morir feliz y eso intenté hacer. Quizás no había muerto de un balazo en la cabeza ni de sobredosis de aspirinas, quizás no había muerto joven ni había pensado terminar así. Pero a pesar de eso mi abuelo era grande. No era un rockstar ni usaba el pelo largo. Es más, me hablaba de que me cortara el pelo. Era grande igual porque quería enseñarme cosas suyas para que yo siguiera haciendo lo mismo. Por eso mi nombre también. Igual que el de él para que no se perdiera la tradición. Cuando lo veía cayendo pensaba en las últimas palabras que me dijo y quizás ahora, con más años de diferencia y con las preguntas que le hice a mi madre unos años después, esas palabras marcaron lo que quise siempre ser. “De aquí se saca el Cabernet Sauvignon” me dijo mientras caía el viejo Alberto y sentía que algún día iba a tener que hacerme cargo de todo esto.

Ninja tortugas adolescentes mutantes

Tenía como seis años cuando me dio mi primer regalo. Lo había esperado con ansias porque no era solamente ver una película sino que era la oportunidad de conocerlo más a fondo. Mi padrino era joven y como todos los teenager no tenían plata como para regalarme una pelota de fútbol o una camiseta de la U. Quizás yo lo sabía y por eso estaba contento, porque no esperaba nada más que una butaca limpia y una hora y media de diversión.
Pasamos donde la tía Emilia a buscar cosas para comer. El almacén de la tía era gigante y me gustaba ir porque me regalaba el helado que había salido recién al mercado y los chocolates que me gustaban. Me fui de ahí con una bolsa llena de chubis. Eran mis chocolates favoritos y mi tía se daba la molestia de hacerme tortas con ella.
Cuando llegamos al Plaza Vespucio me encontré con lo más grane que había visto. No conocía los mall, porque yo no vivía en el barrio alto y allá si había cosas como esas. Lo sé porque mi hermano mayor frecuentaba el panorámico y el apumanque. –Perrits, yo me voy a ir a vivir allá. No hay nerds ni nada. Son todos cool y hacen cosas de gente cool. Mi hermano nunca supo acostumbrarse a vivir en las afueras de Santiago y trataba de ir lo más posible para que los vendedores lo conocieran y pensaran que era de allá. Mi hermano era de los que veía Beavis and Butthead para poder tener un vocabulario acorde con sus tiempos. En la casa de mi abuela había cable. En mi casa apenas se veía el canal 7 con la Sony trinitron de 14 que teníamos en el living.
Cuando llegué al cine mi tío no tenía buena cara. Había elegido el lugar más cerca de la casa donde habían cines porque mi viejo le había dicho que si me pasaba algo él iba a pagar. –Te cuelgo de los cocos si algo le pasa a mi hijo. Y si teníamos que escapar, entre más cerca de la casa era mejor. Yo nunca supe eso hasta unos años después que mi viejo me lo contó como preámbulo para decir que mi tío se había ido de viaje y se había olvidado de mí. Me acuerdo que en la cartelera había un letrero gigante que decía ‘CINEMARK 6, PLAZA VESPUCIO’, todo en rojo. Mi tío compró las entradas y no sé si yo pagué. Quizás era una excusa por mi cumpleaños que él fue al cine.
Vimos las tortugas ninjas sentados en la mitad de la sala. No recuerdo nada de la película porque me la pasé comiendo chubis mientras estaba ensimismado con la grandeza de la pantalla. Sé que eran tortugas con nombres de gente vieja que vivió hace muchos años y que fueron conocidos porque pintaban monstruos con brazos de más –Como el logo de las farmacias ahumada, me dijo un compañero de curso cuando ya era más grande.
Salí de la sala alucinando con las luchas y con las cadenas que usaba una tortuga para defenderse. Un ‘coscacho’ me calmó y supe con eso que sería un cobarde toda mi vida. No sé porqué terminé arriba de una micro rumbo al aeropuerto. Pensé que iríamos a ver otra peli. Mi tío compró un ticket y yo le pregunté si ahora él iba a ver una película solo. Me dijo que me quedara callado y que no le contara a nadie que iba a ser protagonista de una película familiar donde quizás podía haber muchas lágrimas y despedidas pero ningún pañuelo al aire ni escenas como las de ‘Casablanca’. Me sentía emocionado porque mi tío iba a ser famoso y lo iba a ir a ver al mismo cine donde me llevó ese día. Esa emoción duró solamente hasta que, cuando llegué a casa, me tuve que quedar en mi pieza escuchando como comenzaba a rodar la película que nunca pude ver. Y a nadie le gusta que le cuenten lo que pasó.

miércoles, noviembre 22, 2006

CARTA

Beatriz:
Ya hace un rato que no te escribía. Raro para mí. Se supone que íbamos a estar juntos siempre y que sería parte de mi rutina el entregarte cartas. Y aquí me ves. Me siento frente al compu, para que, una vez al año me acuerde y te escriba.

Tiempo muerto quizás. Pero es que no has estado. O sea, estuviste siempre pero escondida tras muchas columnas, debajo de la mesa o en un asiento de la micro. Sabía que eras tú pero no te reconocía. El miedo de no saber recordar. Quizás simplemente el que dijera tu nombre, te tocara el hombro y fuera la misma ilusión que me ha invadido los sueños.

Pero te encontré nuevamente. Eso creo. Por lo menos te llamas igual y tienes gestos muy parecidos. Ninguno igual pero se entiende. Han pasado algunos años. La gente debe adaptarse a lo que vive. No podemos vivir de bolitas y volantines. No podemos vivir siempre jugando con la barbie secretaria. Y te encontré y nos vemos en el parque. Por primera vez no existen los tiempos o quizás confundo mi mala forma de leer los relojes con flechas. Me esperas y no estoy. Te vas y me ves. Te sientas, conversamos, imagino que te invito a un helado de más de quinientos y que no aceptas porque no había de naranja. Mejor que no aceptes porque es mentira que te ofrecí. Todo pasa mientras te acercas y no me dices nada. Ni un ‘te quiero’. Eso si es igual. Ni un ‘te quiero’ característico de ti. No hay expresiones y nunca la hubo.

Pero te vas y siento que tengo que esperar una semana para saber si eras o no la Beatriz que yo conocía. Tengo que recorrer mucho para deletrearte bien. Quizás que hagamos un viaje en micro, que vayamos a comer una caja de papas al Doggi’s, que compartamos un chirimoya alegre y que después te entregue las trece cartas que te escribí el fin de semana. Porque no puedo entregarte las demás. No habría magia ni podría pensar que puedo ser como Cortázar. Julio escribiendo a Virginia. James escribiendo a Bovary. Sebita escribiendo a Beatriz. Sin ilustraciones y con flecos. Con hojas de cuaderno amarillos y common people de fondo. Simplista para que te sientas del pueblo y no me acuses de poco tolerante.

En fin. Sé que tendré que esperar. Y duele. Duele porque la espera se metió en mi cabeza, revolvió algunos recuerdos y me tiró empelota al mundo real nuevamente. Duele porque no quiero acostumbrarme. Y tengo esa maldita negación que tiene sabor dulce y entretenida. Y duele porque tengo que seguir llamándote Beatriz cuando te gusta Isidora.

Beatriz. Te extrañé y vuelves. Creo que ahora eres tú. Y no puedo prometerte nada porque sé que no cumplo y que me desilusiono fácilmente. No soy ni Dante ni tengo a Virgilio. Quizás el camino se hace largo y solitario. Pero lo prefiero así. Prefiero no comprar amigos ni pretender ser un poeta con guitarra. Prefiero no drogarme para fingir ser artista o escritor. Prefiero intentar ser yo. Es lo mejor que me sale.

No sé si te lo he dicho pero te quiero. La psicóloga me dijo que era un rasgo neurótico. El cura me dijo que era pecado. Un ingeniero me dijo que existía un 36.7428% de probabilidades que esto fuera verdadero. Un abogado me dijo que estaba en todo mi derecho. Un sociólogo e dijo que dependía de mi estrato social y de mis ingresos per cápita si podría o no jugármela. Un historiador me dijo que era como Marco Antonio y Cleopatra. Un literato me habló de Cyrano de Bergerac. Un artista dijo que estaba pintando el mono y un biólogo me dijo que por andar vegetando todo el día te podría perder fácilmente. Y quiero creer en cada uno pero no encaja nada. O sea, sólo sé que te quiero y que me basta para poder hacerme un transplante de pecho y venderme a la tan repudiada y vil primavera. Y siento la vocecita que me dice “Welcome to the Real World”. Mis miedos se hicieron realidad. Y me está comenzando a gustar.

Espero que la leas pronto.




La vida es un sueño, el despertar es lo que nos mata.
V.W

jueves, noviembre 16, 2006

todo tiempo pasado fue mejor

A nadie le gusta crecer. Es el miedo del siglo. Crecemos y la brecha con la niñez se hace más grande y molesta. Ya no nos chupamos el dedo y eso a veces duele tanto más que echarse un ramo por reemplazar la mamadera por cervezas. El problema es que hay que echar raíces en suelo que a nadie le gusta, uno fértil para economistas pero tan seco como el hecho de entender que la huincha de ropa que tiene tu vieja ya no alcanza para medirte.

Mi abuelo decía que llega un punto de nuestras vidas que, cuando comenzamos a crecer, nos vamos achicando. Me dio unas explicaciones medias científicas campestres que no escuché. Quizás me invadió ese miedo de saber que tendré que cambiar las espinillas por arrugas, de que mi vieja dice que después los años se pasan más rápidos, que el sueño adolescente cae tan bajo que uno termina creyendo en el sueño americano del tío Sam y se vende como Hot Dog al sistema. El Apocalipsis del uniforme y de la vida fácil. Cambiamos el pase escolar por la Visa y nos llenamos la boca con que ‘la vida es ahora’.

Y el problema quizás no sea el que crezcamos. O sea, se supone que vamos madurando y entendiendo el mundo. En teoría. La vida nos pega patadas en la entrepierna siempre con los recuerdos de la niñez. Y lo peor es que está de moda. Somos todos masoquistas de la cultura de la basura, de la edad de oro. Nos gusta andar contando lo que hacíamos con los tazos o con las láminas de los álbumes que no tenían autoadhesivo y que andábamos con el stix fix para todos lados. Y vamos a ver a Beltrán porque creemos que es la única forma de detener el tiempo y imaginarnos diferentes.

Pero crecimos no más. Llegamos a los 20 sin querer. Y ya no nos cabe el buzo ni la jardinera. Pasaron los soldaditos de plomo, los playmobil y las canciones de pin pon. Y mientras escribo suena crecer de Ataque 77 y siento que se vienen las fogatas, las guitarras, las mismas historias de que la flor de los 7 colores estaba en el patio y la irresistible tentación de querer torcerle el cuello a Cronos y quedarme donde estoy. Pretendiendo nunca haber crecido.

martes, noviembre 07, 2006

Tri Lambda

Con esta columna gané las entradas para el concierto de los 100 años de la FECH.
Como diría el Pélida... Aqui-les va lo que escribí.




La universidad es como las pelis comerciales. Todo el mundo las recomienda porque son buenas, porque hay que ir a verlas, porque es ‘la mitad de la vida’, porque el crítico le puso setenta y cuatro estrellas (porque los críticos se creen parvularios y andan poniendo estrellas), porque están los mejores actores y uno se caga de la risa. Pero llegas, te sientas, la butaca está con chicle, el cabro chico te bota las cabritas, la mina que invitaste está pololeando y la película es mala.

Recuerdo que antes de entrar a la universidad ya mi vieja había comprado las chapitas, los stickers para el vidrio trasero del auto, los cuadernos con el logo de la U y esas cosas para poner los documentos. Las tuvo que botar. No quedé en esa U. Mi vieja quería una tradicional y yo cualquiera que me diera algo para vivir.

Parece que todos tenemos un hermano mayor que ya ha sido el exitoso de la familia y te dice que son los mejores años de tu vida. Que en las horas libres te tiras en el pasto de la facu (porque me enseñó la jerga universitaria) conversando con las niñas que conoces en la pastoral y fumándote un porro. Me decía que me olvidara del colegio y del uniforme o de las anotaciones negativas. La libertad te atrapaba, te compraba unas cervezas y te llevaba a jugar pool con la gente que conoces. Y que no me preocupara si era tímido. Todo se reducía a una simple ecuación. Un tímido más un ritalín boy da un par de buenos amigos. Y el orden de los factores no altera el producto.

Pero llegué. Me instalé. La gente se agolpaba porque regalaban cosas. Me metí en la fila y se acabaron los completos. Quedaban bebidas Light solamente. Era el único que pensaba que las cosas sin calorías son un asco. Y los días pasaban y no podía sentarme en el pasto. Y fumé un porro y estuve pálido tres días. Fui a trabajos de verano y terminé siendo el único sin pareja. Soy malo para el pool y eso me valió la tarjeta roja para mis amigos.
No ayudó mucho ni los lentes grandes ni el gel. Tampoco el tratar de ir a tomar al Almagro porque soy siempre el que tiene que funcionar de grúa para los bultos.

Parece que me metí a actuar en rebelde sin causa sin ser James Dean. Tendré que asumir que sigo siendo una rara mezcla entre tri lambda y alfa beta fallido.

domingo, octubre 15, 2006

Asesíname

Soy yo y nada más. Soy el que quiero ser. Me convierto en tu sombra y en tu sol. Caliento tus noches solitarias y enfrío tu corazón. ¡No me ames! Soy el que te hace perder. Digo lo que quiero decir y pienso lo que quiero pensar, pero no digo lo que pienso. Dolor, odio, ¡Maldición!, una vez más. Puedo querer a cualquiera y tú me puedes querer. Pero no quiero. Te tiro al suelo y rasgo tus ropas y me dices que te suelte, y gritas y no me importa porque ya eres mía. Ja, ja, ja… ¿Quieres escapar otra vez? Patrañas de niña chica, de pecadora juvenil. Ódiame, si, ódiame con todo tu corazón. Ten esta arma y dispárame, prometo no morir. Te voy a matar (pero en buena, no te enojes). Pienso matarte en dos horas más. Empaca y lleva muchos sentimientos. Los voy a consumir todos, no quedará ninguno. Soy un tonto, pero igual me quieres. Lo sé bien y me alegro. Toma el mundo y enciérrate, busca agua porque la necesitarás. Yo no te daré nada, mi amor es para otra. Pero me amas y está bien. Mataré todo menos tu ilusión. ¿Quieres que te devuelva tu corazón?, tendrás que pagar un gran precio. Cuerpo de niña ya no hay y no volverá. Tú te lo buscaste y te gustó. Despecho, otra esperanza perdida, amor que no es, ojos que ya no reflejan nada. Estás muerta. ¡Te amo y te odio!, deseo verte nuevamente, ¡Rencor!... ja, ja, ja, (risa con lágrimas). Otro dolor, ¡No grites!, sé fuerte que me gustas así. Aguanta. Tus lágrimas son falsas, deja de llorar. Estás muerta y así seguirás, te quise olvidar y me sigues rondando. Una bala, dos balas, la niña no quiere morir. Tres balas en la cabeza y sigue viva. ¡Maldita!, ¡Para te digo!, ¡aléjate y no me mires! Deja esas palabras para otra ocasión. Necesito que mueras. Cinco balas más y no pasa nada. Camina hacia mi. Ahora si que la odio. Ahora si que la amo.
Soy nadie y así seguiré. No fui capaz de matarla y ahora trataré conmigo. No me quiere matar y lo entiendo. Pero yo, pero yo… la quiero. Y no necesito entender las palabras ni los ruegos. No necesito de su maldita compasión para retroceder. Porqué creí haberla matado y sigue ahí, jovial, dulce. Sigue ahí y no me detiene.
Ella ya no me quiere.
Adiós.

lunes, octubre 09, 2006

Pesca sin mosca

¿Cuántas veces vamos a pescar y sólo recolectamos desilución?
Nuestra ceguera nos impide ver más allá de lo acostumbrado.
Oimos ruidos de autos, bocinas, luchas carnales en las calles, insultos varios, indiferencias, apuros. Solemos lanzar nuestras redes en un mundo donde las preocupaciones, la mediocridad, el individualismo, son los amos y señores del mar humano. Y no importa donde queramos pescar, siempre hay algo qu nos impedirá cazar lo escencial. Tomamos nuestras redes y salen vacias. Nos desalentamos, nos desilucionamos, nos entristecemos. La desesperanza no nos sirve para alimentar nuestro espíritu.
Todos estos sentimientos que nos invitan a una desolación espiritual nos impiden ver quién, donde y cómo hay que pescar.
Dios nos invita a mirar dentro de nosotros, a ver desde sus propios ojos, a conversar con él para que nos guíe. El verdadero alimento nos llega desde Él y es nuestro interior el lugar donde las redes podrán colmarse.
Dios nos invita a tejer estas redes con los regalos que nos brindó en el espíritu santo. Hay que cazar amor con entendimiento, con cariño, con Fe, con esperanza. Hat que cazar este amor y saciarnos sabiendo que las raciones alcanzarán para mí y para los demás.
Es Cristo vivo quién, después de hartarnos, nos invita a construir redes con los demás y salir a pescar con ellos. Jesús no va a pescar por nosotros. Jesús no nos va a entregar la comida en bandeja, aliñada y con bebida. Jesús nos acompaña y nos guía en nuestro trabajo. Guía nuestras manos y nos grita hacia donde echar estas redes y así poder acompañar con un pedazo de pescado al hambriento, al que se siente abandonado, al que vive entre ruidos, al que no ha tenido la oportunidad de conversar con Jesús.
Les aseguro que, después de esto, nunca más tendrán hambre.

lunes, octubre 02, 2006

¿Quién dijo que Dios no nos grita?

Dios, la viva divinidad, el rey de reyes, nos grita. Su voz se desgarra en los campamentos donde viven siete personas en casas mínimas, sin baños, con dos camas como máximo. Grita cuando el pobre camina descalzo sobre el barro de sus ‘calles’ en pleno invierno, cuando sus casas se llenan de ollas porque las goteras se multiplican mientras el techo de los cartones que ellos llaman ‘casa’ comienza a sucumbir. El señor nos grita en el mendigo, que llora en las escaleras del metro, en las ancianas que viven desoladas porque sus familias las han olvidado. Dios nos grita en el vagabundo que sólo tiene un par de hojas amarillas y uno que otro perro para palear el frío de las piedras en las noches. Cristo nos grita y no lo oímos. Decimos que tenemos sed de amor pero nos tapamos los oídos cuando el señor nos habla, nos tapamos los ojos cuando vemos pasar a Cristo con su cruz. Cegamos nuestros sentidos con televisión, con comodidades, con estudio, con la fortuna de no necesitar lo fundamental.
¡¡¡Y así y todo no damos las gracias a quién nos entrega todo esto!!!
Hay personas que nos necesitan, que quieren ser amados, que se sienten solos, dejados de lado, blancos de injusticias, desamparados. Hay otros que tienen hambre de vida, se de amor, necesidad de Dios.
¡¡¡Ellos nos necesitan!!! ¡¡¡Dios nos necesita!!! ¡¡¡Es Cristo quién sufre!!!

miércoles, marzo 08, 2006

Promesa Juvenil Utópica

..."recuerda que en cada lágrima que derrames, que en cada soplo de viento que acaricie tu cara, que en cada gota de lluvia que moje tu pelo estaré yo...". Fue en ese momento que se escuchó un grito... nadie más lloró, nunca más sopló el viento y nunca nadie volvió a escuchar la lluvia.

miércoles, marzo 01, 2006

Preocupación en el MINEDUC y en el INJUV por nueva encuesta a jóvenes:
90% DE LOS ENCUESTADOS AFIRMA HABER TENIDO 'QUÍMICA' CON ALGÚN PROFESOR EN EL COLEGIO

La alerta se encendió en el ministerio de educación y en el instituto nacional de la juventud por una encuesta realizada por la fundación 'sin futuro' la que arroja un alto porcentaje de jóvenes que confiesan haber tenido química con algún profesor o profesora.
"Esto es inaceptable. El gobierno no puede dejar que esto siga ocurriendo. Siempre pasa lo mismo. Llevan 16 años en el poder y son los mismos problemas. En mi gobierno esto no hubiese ocurrido. Nuestras familias, en especial las más pobres, no estarían preocupados ni de la delincuencia, ni del tranajo ni de lo que pasa con sus hijos en las escuelas. Vean lo que pasó en esa escuela de Colina." Dijo Joaquín Latín, algo confundido, al ser consultado por esta nueva encuesta de la fundación de preside su amigo Sebastián Piñata.

sábado, febrero 18, 2006

AMOR RENTABLE

Yo vendo amor. Soy un puesto ambulante buscando algún cliente que quiera de mis servicios. Les digo lo que ofrezco, a veces les doy una pequeña degustación, algo que no comprometa mi negocio. No quiero que cualquiera se acerque a preguntar. Selecciono a las personas, las sigo, intento esconderme y me hago sus amigos. En ese momento ataco con un “¿Te puedo ayudar en algo?, vendo amor, tengo del que quieras. Solo llámame y reserva tu lugar”. La verdad es que hago como que estuviera muy ocupado, con mucha clientela, agotado y a veces indiferente. Pero no hay nadie… solo tácticas para que el cliente caiga y compre. A veces resulta pero al mes vuelve y te tira por la cabeza el esfuerzo y la mercancía pidiendo que le devuelvas lo que pagó. A veces el cliente huye despavorido mientras me quedo con la mercadería hecha pedazos, como un vidrio roto en mil partes pequeñitas. A veces el cliente me sigue el juego y hace como que se interesa para después, cuando hay que cerrar el trato, me dice que le llegó una oferta mejor, que es más barato, que no arriesga ni su integridad, que le da ‘boleta’ y que le sobra vuelto. Es dura esta pega y a veces duele. Sientes que ese monopolio que creíste tener, que ese negocio que parecía rentable ha arrojado más pérdidas de lo que calculaste. Que no fuiste el primero, que hubo muchos que llegaron antes y que bajaron sus precios porque no necesitan más. Pero no me doy por vencido y salgo a las calles, y sigo ofreciendo lo que llevo, y pienso que todavía hay personas que buscan lo que tengo, que era más difícil de lo que parecía encontrar una buena clientela, que tienes los caseros de siempre y que son los que nunca te fallarán. Pero te fallan y todo se va a negro.
Pero el cliente tiene siempre la razón y debo serle fiel a sus pedidos. Escondo mis productos en una canción y en vestimentas varias. “Llame ya, nuestras operadoras están disponibles, estamos trabajando para que nuestro producto se adecue a sus necesidades y gustos”. Pero el amor es el mismo y toda esa cubierta punk, dark, grunge, romántico setentero y alternativo se desvanece al primer contacto mostrando lo verdadero, lo que no puedo esconder. “Y si no le gusta le devolvemos su dinero”.
Al final tengo que hacer el remate final. 90% off. Si no se lo lleva se lo regalamos igual. Y espero y espero, y tengo que cerrar y repensar si estaré haciendo bien o si el darme por vencido es la gran oportunidad. “Gracias por preferirnos, no se arrepentirá”. Eso espero.

domingo, febrero 05, 2006

Carta a un amor encontrado (eyes without a face)

Beatriz
Tan tierna, tan imposible. Una voz en el olvido, en algunos sueños sin rostro. Y tienes mil de ellos pero no recuerdo ninguno.
Mientras te veo suspirar me entristezco, no por como lo haces sino por quién. No lo haces por mi y aunque te ves tan linda las cosas se escapan, se van de mis huesos, donde te siento firmemente retenida. Lo haces porque no tienes nada más, nadie más.
Beatriz, solitaria, llena de gente pero sin confianza. Te quiero y no te interesa.
Pero es así, porque no puedo quitar la mirada, porque cuanto te veo intento recordarte, memorizar cada parte para después llegar a casa y seguir pensándote. No haces más que contemplarme como el mejor amigo y me cuentas todo con pacíficas palabras hirientes. No lo sabes y yo no te lo digo. Actúo para que no sepas que estoy siempre.
Sentir otra vez que te acercas, susurrándome las palabras que nunca quise oír pero que mi absurda táctica me invita a escuchar.
Paz, amor en un acto, en una caricia, en muchas caras de gente que recuerdo pero que no conozco. Otra pasión que se esfuma mientras el reloj me avisa que el sol se levanta. Maldita obsesión de mi inútil corazón. Y no sé lo que hago, y me pierdo en el bosque húmedo de tus ojos, o en esa estrella que te ilumina. Y te enojas porque te digo que no eres lo que espero y te ves igual de hermosa cuando no me hablas, cuando no contestas el fono por temor a que sea él quién te llama.
Pero mis palabras se esfuman en el último beso, con el que empezamos, el del primer acercamiento. Porque ya tu cuerpo se va y no vuelve, mientras el mío se estremece desde el día que partiste. Cambiaste mi hombro por un cuerpo entero, mis lágrimas por esa alegría agobiante del saber que no estarás más sola de aquí en adelante.
Beatriz, te extraño. Te recuerdo con muchos globos y flores más strawberry fields forever de fondo. Tú vestida como lo más lindo y yo a tu lado, con el helado en la mano y conversando de la vida. Era tan perfecto como las familias de los comerciales coca-cola y tan emocionante como los de Clos de pirque. Pero al final son todos recuerdos, imágenes tan sencillas como de las que te emocionabas.
Hasta ahora te quiero y no sé lo de más adelante. En una de esas cambiarás el yogurt de damasco nocturno por un vaso de ron, o las revistas de moda por el cuerpo B del Mercurio. Sé que cambiarás y quisiera estar ahí para verte. Pero no será así y aterrizo, pongo los pies en tierra y no te busco más. A veces hay que saber olvidar. Y no sé si pueda.
Intentando ser sincero me despido, de ti, de tu alma

Sebastián Ignacio Muñoz Ruz

miércoles, febrero 01, 2006

Ley de conservación de la miseria

Ley de uso coloquial en la que se dice que dado un sistema cerrado, la miseria - como la energía - se conserva. Se dice en este caso que la miseria "...no se crea ni se destruye, sino que se transforma".
Esta ley comparte su espíritu con la Ley de Murphy en su aplicación: Si algo sale bien, algo igualmente malo lo compensará.
Si algo puede salir mal, saldrá mal.


Corolarios

1.-Nada es tan fácil como parece.

2.-Todo lleva más tiempo del que usted piensa.

3.-Si existe la posibilidad de que varias cosas vayan mal, la que cause más daños será la única
que vaya mal y sucedera en el peor momento.

4.-Si usted intuye que hay cuatro posibilidades de que una gestión vaya mal y las evita, al momento aparecerá espontáneamente una quinta posibilidad.

5.-Cuando las cosas se dejan a su libre albedrio, suelen ir de mal en peor.

6.-En cuanto se ponga a hacer algo, se dará cuenta de que hay otra cosa que debió haber hecho antes.

7.-Cualquier solución entraña nuevos problemas.

8.-Es inútil hacer cualquier cosa a prueba de tontos, porque los tontos son muy ingeniosos.

9.-La naturaleza siempre está de parte de la imperfección oculta.

10.-La madre Naturaleza es una perra

11.-ve la luz verdadera

12.-La vida no es color de rosa

13.-Cuanto más intentes que las cosas sean perfectas, más te daras cuenta que estas perdiendo tu tiempo

14.-Si te casas te daras cuenta con tu esposa


Uno de los objetivos de esta ley es llevar a las personas a pensar las cosas mas de una vez y contemplar todas las posibilidades antes de tomar una decisión para no cometer un error.

viernes, enero 27, 2006

Impacto causa la nueva candidatura a la presidencia de la DC

RONALD McDONALD'S SE POSTULA POR PARTE DE LA BANCADA COLORINA

El candidato dice ser apoyado completamente por su primo Andrés Zaldívar y por todos los partidarios del colorín presidente.
Según las propias palabras de McDonald's "Nosotros seremos la presidencia de la chatarra y de la comida grasosa. Queremos un pais que se cocine al igual que nuestras hamburguesas... mal y conn mucho colesterol"
Zaldívar, por su parte, respondió que "Sabemos que Ronald seguirá con lo que hemos estado haciendo"
Soledad Alvear, la candidata opositora al régimen de los 'cabeza de cobre', respondió que si le dan unas 100 hamburguesas podría pensar en bajarse.
Por último la presidenta electa Michelle Bachelet dijo a nuestro diario: "mmm... hambuerguesas... mmm... papas fritas... mmm... lo que sea..." en clara alusión a apoyar la candidatura del hombre de los pepinillos y lechugas rancias.

lunes, enero 16, 2006


PARTHENON

Wrong Number

Ayer me habló la muerte, de cerca, al oído. Me preguntó como estaba, si ya me había olvidado de ella, si todavía tenía su número de teléfono. Quiso que la acompañara, me invitó a tomar su mano.

Hace tiempo que no me visitaba. La última vez que lo hizo, hace un año, fue en la plaza del colegio, un sábado como a las seis de la tarde. Yo estaba sentado bajo un árbol, con la Ale, conversando. Ella me miraba con tristeza, como escondiendo algo. Cuando le cayeron sus primeras lágrimas supe que las cosas cambiarían. Cada lágrima era una granada que explotaba. Me besó por última vez y me dio el knock out, me golpeó, me tiró la bomba atómica que había esperado. Sus palabras eran un vaso de cloro, de veneno que inevitablemente tendría que tomar. No quise y me negué. Pero era imposible. Aunque me tapé los oídos y grité, las palabras entraron por no-se-donde a mi cabeza, creando recuerdos que no existían, imágenes de esas familias perfectas, como las de los comerciales de coca-cola que pensaba crear con ella. Tres palabras cambiaron mi vida. NECESITO UN TIEMPO, me dijo. La Ale nunca supo decir las cosas de frente, siempre se escondía en eufemismos. Creo que con eso no quería traumarme, o probablemente tuvo miedo de cómo reaccionaría. Pero no reaccioné. Mi cara era un gran signo de interrogación, un completo porqué.
Fue ahí cuando me visitó la muerte, al lado de la Ale, sentada en su traje negro, como en las pelis. Me acompañó hasta mi casa y me invitó a seguirla. Me negué, pero, por si acaso, le pedí su número de teléfono. La muerte se fue sin dejar huellas.

Ayer me habló la muerte, de cerca, al oído. Sin yo saberlo la muerte se llevó a mi prima y quise que me llevara también. No sé porqué no la seguí.
Perdí el teléfono y no pude llamarla. Intenté muchas formas de instarla a venir y solo conseguí marcas en mi cuerpo, unas pocas lágrimas y algunas imágenes. Solo se me pasó la mitad de mi vida por delante.
Pero ahora llegó Beatriz y no sé si querer llamar a la muerte otra vez. Probablemente no la necesite más, o por lo menos hasta que Beatriz se vaya.


sábado, enero 07, 2006



ENCUESTA POPULAR
El blog que marca el paso les trae a ustedes, nuevamente, esta sección que gusta de grande y chicos. Espero que esto sea motivo de estudio para el INE y otros organismos.
Manden sus ideas a traukoko@gmail.com
Saludos.


¿A qué edad dio usted su primer beso?
¿Con quién fue?
¿Qué sensación le dejó?
Si tienen anécdotas favor contarlas.


N.D.A: ¡¡¡Qué profundo!!!

jueves, diciembre 29, 2005


FANTASÍA SEXUAL

Viendo otros blogs me doy cuenta que no tenía pensado una fantasía sexual. Me craneo día a día para saber más del mundo que me rodea pero nunca supe qué era lo que yo quería. Suena raro a veces. Pensaba que me conocía muy bien y que sabría lo que quiero. Sólo sé, ahora, que no sé nada de mi (lo sé, es una copia barata de Sócrates).
Creo que solo tengo una fantasía sexual. No es lo que todos esperan ni lo que todos quieren. O sea, no me imagino teniendo relaciones sexuales en un baño de avión, o en un probador de ropa de una tienda, o en el casamiento de un primo, o en la cocina, o de a tres, o simplemente haciendo el vuelo del condor. Lo mio es más simple.
Mi fantasía es poner amor en la relación. No sabría como hacerlo. Nunca he tenido una. No sabría qué hacer. Probablemente me cuesta imaginar un coito que tenga en medio el amor. No sé si será un trauma de la 'sociedad' (en eso que se esconden todos los cobardes) o algo que pasó cuando veía una película prohibida (llámese pornografía) cuando tenía menos edad.
Siempre vi el amor más como un beso, como un abrazo, como un apretón de manos o simplemente con un signo de ayuda. Creo que pienso más en el placer que sienten dos personas (un placer más carnal) que en el amor que deben estar sintiendo el uno al otro.
Mi vieja me dijo que yo fui creado por amor. Le creo. Me cuesta eso si. No es porque a mi autoestima le cueste surgir. No. Solo me cuesta ver otras cosas en eso.
Quiero ser más simple.

domingo, diciembre 18, 2005


Asesíname

Soy yo y nada más. Soy el que quiero ser. Me convierto en tu sombra y en tu sol. Caliento tus noches solitarias y enfrío tu corazón. ¡No me ames! Soy el que te hace perder. Digo lo que quiero decir y pienso lo que quiero pensar, pero no digo lo que pienso. Dolor, odio, ¡Maldición!, una vez más. Puedo querer a cualquiera y tú me puedes querer. Pero no quiero. Te tiro al suelo y rasgo tus ropas y me dices que te suelte, y gritas y no me importa porque ya eres mía. Ja, ja, ja… ¿Quieres escapar otra vez? Patrañas de niña chica, de pecadora juvenil. Ódiame, si, ódiame con todo tu corazón. Ten esta arma y dispárame, prometo no morir. Te voy a matar (pero en buena, no te enojes). Pienso matarte en dos horas más. Empaca y lleva muchos sentimientos. Los voy a consumir todos, no quedará ninguno. Soy un tonto, pero igual me quieres. Lo sé bien y me alegro. Toma el mundo y enciérrate, busca agua porque la necesitarás. Yo no te daré nada, mi amor es para otra. Pero me amas y está bien. Mataré todo menos tu ilusión. ¿Quieres que te devuelva tu corazón?, tendrás que pagar un gran precio. Cuerpo de niña ya no hay y no volverá. Tú te lo buscaste y te gustó. Despecho, otra esperanza perdida, amor que no es, ojos que ya no reflejan nada. Estás muerta. ¡Te amo y te odio!, deseo verte nuevamente, ¡Rencor!... ja, ja, ja, (risa con lágrimas). Otro dolor, ¡No grites!, sé fuerte que me gustas así. Aguanta. Tus lágrimas son falsas, deja de llorar. Estás muerta y así seguirás, te quise olvidar y me sigues rondando. Una bala, dos balas, la niña no quiere morir. Tres balas en la cabeza y sigue viva. ¡Maldita!, ¡Para te digo!, ¡aléjate y no me mires! Deja esas palabras para otra ocasión. Necesito que mueras. Cinco balas más y no pasa nada. Camina hacia mi. Ahora si que la odio. Ahora si que la amo.
Soy nadie y así seguiré. No fui capaz de matarla y ahora trataré conmigo. No me quiere matar y lo entiendo. Pero yo, pero yo… la quiero. Y no necesito entender las palabras ni los ruegos. No necesito de su maldita compasión para retroceder. Porqué creí haberla matado y sigue ahí, jovial, dulce. Sigue ahí y no me detiene.
Ella ya no me quiere.
Adiós.

sábado, noviembre 26, 2005



PARTHENON
El blog que marca el paso les entrega, nuevamente, una nueva sección para que disfruten, lloren, se emocionen, rían o echen garabatos.
Parthenon se titula ya que es una sección donde abundarán las columnas.
Está de más decirles que pueden mandar sus columnas a traukoko@gmail.com y que si leen postean. Necesito el feed del post ya que así me dan más ganas de escribir.
Espero les guste.


Esta columna no tiene nombre, no me gusta titularlas.


A veces las cosas salen mal. A veces ni salen. A veces se abren puertas y ventanas y entran las oportunidades pero tenemos puestas nuestras esperanzas y deseos en algo mejor y dejamos escapar. Se escapan y a veces vuelven, pero la mayoría de las veces no se vuelve a ver, muere en nosotros el sentimiento y comenzamos algo nuevo, supuestamente más gratificador. Pero no. Nos damos cuenta que lo anterior fue bueno y se nos viene a la cabeza que “todo tiempo pasado fue mejor”. Patrañas de gente que antes no se dio cuenta que estaba mal.

Eso me pasó. Dejé escapar oportunidades que no supe controlar. Dejé escapar esperanzas, amigos, un poco de la felicidad divina. Se murió todo y se fue al tacho de la basura. Se queda ahí con los libros viejos, con los papeles arrugados de cartas que no empezamos, con el confort de la alergia. La diferencia está en que todo lo último se va con el camión menos eso. Quedó pegado en el borde. Y te saca la lengua diciéndote que no te podrás librar de él fácilmente. Te quema el corazón. Y quisiera volver a tomarlo y que funcionara otra vez. Esperanza absurda. No vuelve. Y mientras tratas de enterrarlo profundamente ves que te ha dejado sin fuerzas y que solo puedes botar algunas lágrimas y dormir, rezar a veces, pero siempre con esa tristeza que te deja el sentir que te farreaste un regalo.

Y vives. La verdad es que sobrevives a eso. Lo sanas profundamente. Crees que todo pasó, que el huracán “soy nadie” se fue a otra parte y cobró otra víctima. En parte es cierto, pero siempre existe el soplo, la porción de aire que se puede convertir en parte de tu muerte. Cuando comienzas a resucitar mueres otra vez. Caes ciento ochenta y siete veces en la misma piedra. Y sigue muriendo parte de ti, parte de tus recuerdos, parte de lo humano que fuiste. Mueres y ya no quieres volver a vivir, aunque tengas la opción. Todo se va. Todo.

jueves, noviembre 24, 2005


HOMENAJE
Kurt Donald Cobain es, hoy por hoy, el más grande ícono grunge de la historia. Es el que sacó de la oscuridad el fenómeno de los riffs sencillos con toques de punk rock y heavy metal. Kurt Cobain es el personaje más influyente de los 90's sin discusión alguna.
Agobiado por la fama, por el éxito y por las drogas muere el 5 de Abril del 94.
Mi homenaje a él es el publicar esta carta, la de su despedida, la que creó el mito, donde nació la leyenda.

"Para Boddah":

Hablando como el estúpido con gran experiencia que preferiría ser un
charlatán infantil castrado. Esta nota debería ser muy fácil de entender.
Todo lo que me enseñaron en los cursos de punk rock que he ido siguiendo a
lo largo de los años, desde mi primer contacto con la, digamos, ética de la
independencia y la vinculación con mi entorno ha resultado cierto.

Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música,
ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo rock'n'roll. Me siento
increíblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del
concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan tal como
afectaban a Freddy Mercury, a quien parecía encantarle que el público le
amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchísimo. De hecho, no os puedo
engañar, a ninguno de vosotros. Simplemente no sería justo ni para mí.
Simular que me lo estoy pasando el 100% bien sería el peor crimen que me
pudiese imaginar.

A veces tengo la sensación de que tendría que fichar antes de subir al
escenario. Lo he intentado todo para que eso no ocurriese. (Y sigo
intentándolo, créeme Señor, pero no es suficiente).Soy consciente de que yo,
nosotros, hemos influido y gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos
narcisistas que sólo aprecian las cosas cuando ya han ocurrido. Soy
demasiado sencillo. Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el
entusiasmo que tenía cuando era un niño.

En nuestras tres últimas giras he apreciado mucho más a toda la gente que he
conocido personalmente que son fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo
superar la frustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Sólo
hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto,
que eso me hace sentir jodidamente triste. El típico Piscis triste,
sensible, insatisfecho, ¡Dios mío! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé!
Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me
recuerda mucho como había sido yo. Llena de amor y alegría, confía en todo
el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán
daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza.

No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera
siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he convertido yo.
Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente
en general...Sólo porque parece que a la gente le resulta fácil relacionarse
y ser comprensiva. ¡Comprensiva! Sólo porque amo y me compadezco demasiado
de la gente. Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago
nauseabundo por vuestras cartas y vuestro interés durante los últimos años.
Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión, y recordad
que es mejor quemarse que apagarse lentamente. Paz, amor y comprensión.

Kurt Cobain
Frances y Courtney, estaré en vuestro altar.
Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho
más feliz sin mí.
Los quiero. ¡Los quiero!"